Hazrat Inayat: To Become Human (Spanish version)

Hazrat Inayat: Convertirse en humano

Lo más esencial para mis mureeds es pensar en cuál motivo, cuál propósito tienen en su trabajo con las enseñanzas y meditaciones dadas en la Orden Sufi *. ¿Desean desarrollar algunos poderes? No se les prometen tales poderes. ¿Desean aprender mucho? Pero no hay mucho estudio dado aquí. ¿Lo que quieren es ser buenos? No hay principios especiales de la bondad que sean enseñados aquí. Si quieren ser espirituales, aún no hemos hecho retiros y reclusiones, como los que tienen en la parte alta del Himalaya y en las cuevas de las montañas, para que dejemos nuestra vida en el mundo y retirarnos; Tampoco lo queremos. Entonces ¿cuál es el motivo que nos mantiene ocupados en la Orden Sufi? ¿Cuál es nuestro objetivo al tomar este camino de iniciación? Nuestro objetivo es convertirnos en humanos: para entender la forma de cómo llegar a ser humanos, cómo vivir la vida de un ser humano a su plenitud, cómo vivir una vida de amor, armonía y belleza. Si alguien lo llama una religión, que lo llame así. Si alguien dice “Esto es espiritualidad “, que lo diga. Si alguien dice, “Esto es lo que tenemos que estudiar”, tanto mejor. Si alguien dice “Eso es lo que tenemos que conseguir mediante la meditación o la reclusión o el silencio”, eso es realmente el propósito.

Ahora, con el fin de lograr este nuestro objetivo, ¿qué debemos hacer? ¿qué se espera de nosotros?  ¿Se espera que estudiemos mucho, o llegar a ser muy buenos, como se suele decir, demasiado buenos para vivir? O para alcanzarlo, se supone que debemos ser demasiado devotos? No. Se consigue mediante el entendimiento de la vida y éste está en el entendimiento de la naturaleza humana, y es precisamente lo que muchos en el mundo descuidan. ¿Cuál es la razón por la que todo el mundo lo descuida? La razón es que uno está tan interesado en su propia vida, absorbido en los propios asuntos, ocupado en perseguir el propósito que exteriormente uno pone delante de si, que descuida la cosa más esencial de hacer en la vida. Por así decirlo, una persona empieza a construir la casa sin tener los cimientos. Uno se podría preguntar ¿cómo es que se debe aprender? La respuesta es que cada persona inteligente lo inicia, pero no lo termina. La primera cosa que una persona inteligente hace es que sopesa y mide a la otra persona, y así juzga a la otra persona. Además, recibe una impresión de la otra persona, inconscientemente reacciona a ella y por lo tanto participa de la culpa de aquel a quien sopesó, midió y juzgó. Recordamos las palabras de Cristo, “no juzguéis, para que no seáis juzgados.” Esa fue la lección para entender la psicología humana de la manera correcta. Es ver y no ver al mismo tiempo. Esto no quiere decir que hay que cerrar los ojos ante las faltas de los demás, que también sería algo incorrecto, porque entonces uno no va a conocer a fondo la naturaleza humana. Si uno es un estudiante de la naturaleza humana, uno de los que buscan la verdad, no tiene que cerrar sus ojos a los defectos de los demás, sino estudiarlos y en lugar de reaccionar, encontrar esas fallas en uno mismo. Es muy divertido cuando dos personas hablan de la falta de otra persona, se vuelven grandes autoridades, como si cada uno de ellos nunca hubiera conocido el mal cometido por la tercera persona. Hablan el uno con el otro  como si fueran impecables en toda su vida. Al encontrar en uno mismo lo que le falta a los otros, uno se corrige a sí mismo, y al mismo tiempo se estudia la naturaleza humana.

El siguiente paso hacia la comprensión de la psicología humana es averiguar la causa detrás de las faltas que tiene la gente, pues una persona promedio sólo ve la falta; no ve la causa que está detrás de la falta. A veces la causa está en la mente de la persona, a veces la causa está en el cuerpo de la persona, a veces la causa está profundamente arraigada en su espíritu. Tan pronto como uno se da cuenta de estas causas, entonces ve en sí mismo también la misma causa oculta en las propias faltas. Y al llegar a la causa y mediante la corrección de uno mismo, uno es capaz de comprender mejor a la otra persona. No es pensando que debemos ser tolerantes, que una persona puede ser tolerante, porque saber de las virtudes no es necesariamente vivir una vida virtuosa. Es por ver la causa de cada falla en uno mismo que uno es capaz de tener una visión de la naturaleza humana. Es posible que otra persona tenga quizás noventa y nueve medidas de la misma falla de la que tenemos una pizca, pero en general lo que sucede es que cuando acusamos a otra persona de la falta, tal vez hay una pizca allí y noventa y nueve en nosotros. No hay que sorprenderse de ver este fenómeno, ya que este es generalmente el caso. Es la persona que tiene noventa y nueve medidas de la misma falla que está más inclinada a encontrar una pizca de la misma falla en otra persona, y está muy feliz de encontrarlo. El que ha reconocido una sola pizca de la falta en sí mismo de lo que la otra persona tiene noventa y nueve medidas esa persona no habla de ello. Es ya mucho tener una pizca, por lo que mantiene los labios cerrados, los ojos bajos.

Y hay un paso más en la comprensión de la psicología de la naturaleza humana: ver la delicada luz y sombra en la imagen de la vida humana. Esto sólo se produce cuando una persona ha adquirido la percepción fina, la aguda comprensión de la naturaleza humana. Es entonces que el estudio más interesante de la psicología comienza. Una buena persona, una persona con la percepción fina, es realmente una persona espiritual. Aún cuando esto no parezca hacia el exterior,  y hacia el interior sí.  Podría exteriormente no parecer religiosa, espiritual o divina, sino por el hecho mismo de que tiene una buena percepción, es sin duda espiritual. Una persona que ve la causa y el efecto de cada palabra, pensamiento y acción, cada movimiento, cada cambio de expresión, es la persona que lee entre líneas. Esa es la persona cuya mirada es como una radiografía, que ve a través de una persona. Sin duda, es esta persona la que va a encontrar más fallas, carencias, deseos, en la naturaleza humana naturalmente. Y es esta persona quien se verá menos afectada por ello, o por lo menos reaccionará menos sobre esto, lo pasará por alto y se elevará por encima de ello. La persona que más ve es la que menos se queja ; la persona que  menos ve es la que más se queja. La razón es que aquel con la percepción más fina ve; él no ve la falta, pero ve la causa. Y cuando ve la causa ve el efecto. ¿Hay algún estudio- la historia o la geografía o la química o la ciencia- algún estudio más interesante que este estudio de la naturaleza humana? El estudio de la naturaleza humana tiende un puente entre el hombre y Dios.

A mis mureeds, por tanto, un consejo que tengo para darles, es despertar a las sutilezas de la naturaleza humana. Cultivar y hacer aguda su percepción, con el fin de obtener una visión de la naturaleza humana. Es por esto que vas a sondear la profundidad del secreto de la vida, y es en la comprensión de este secreto que todo el misterio es revelado, un misterio que es el misticismo. Es para encontrar este misterio que tomamos el camino de la iniciación. Es en esta revelación que el propósito de nuestra búsqueda espiritual es alcanzado.

 *”Orden Sufi” es el nombre de la actividad de la escuela interior del Movimiento Sufí. 

Traducido al español por Arifa Margarita Jáuregui

 

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