Vislumbres: Hazrat Inayat sobre el Karma y la Reencarnación
Este es un extracto del Diario de Hazrat Inayat Khan, que comienza con una revisión de las religiones y los movimientos religiosos tal como él los encontró en occidente. Un grupo con el cual tuvo una considerable interacción fue la Sociedad Teosófica, de la cual llegaron varios mureeds devotos. Una enseñanza central de la Sociedad Teosófica fue el concepto de karma, o los frutos de las acciones, tanto buenas como malas, que conducen al renacimiento del alma. Por lo tanto, cuando Hazrat Inayat vino de la India, los miembros de la Sociedad esperaban que él predicara esta doctrina, pero como sus pensamientos lo demuestran abajo, no era un tema el cual él estuviera inclinado a fomentar.
Si no fuera por la teoría del karma y la reencarnación, que la Sociedad Teosófica ha presentado como su doctrina especial sobre la que se basa toda la teoría teosófica, habría tenido grandes dificultades para tocar la mente occidental, que quiere primero el alimento para su razón, antes de aceptar cualquier fe. El ideal de reencarnación y karma hizo una gran revolución en Occidente en el mundo religioso. La espina dorsal de la religión en Occidente ya había sido rota, y esta idea rompió sus piernas, dejando que el pensamiento oriental se levantara, introducido en Occidente en la forma de Teosofía.
Sin embargo, la idea de la reencarnación y el karma, que provino de la raza de los hindúes, nunca ha dado la plena satisfacción a la raza misma. La influencia del Islam, las ideas de los Sufis, ofrecieron una gran oportunidad a la perspectiva hindú durante muchos siglos, y grandes poetas hindúes como Nanak y Kabir, Sundar y Dadu, Ram Das y Tukaram, y reformadores religiosos de la India como Swami Narayan y Babu Keshoba Chandra Sen, Dayananda Saraswathi y Devendranath Tagore, aunque no pudieron borrar por completo esta idea de la superficie de la mentalidad india, sobre la cual había sido grabada durante siglos, la modificaron de tal manera que difícilmente ninguno habla acerca de estas cosas. Especialmente los eruditos, los Sabios, sostienen como su objetivo en la vida mukti, la liberación del cautiverio causado por el karma. Es una doctrina desgastada en Oriente que fue revivificada por la Sociedad Teosófica en Occidente.
En primer lugar, atrajo a la gente en occidente porque contestó inmediatamente la pregunta porqué uno está bien en vida y porqué otro sufre. La idea de la reencarnación dio una respuesta que la justificaba fácilmente: “Debido a las acciones del pasado”, que no daba lugar a más argumentos sobre el tema. En seguida satisface el intelecto, aunque la respuesta de Cristo fuera diferente. Cuando alguien le preguntó: “Maestro, ¿quién pecó, este hombre o sus padres, para que él naciera ciego?” Jesús respondió: “Ni este hombre pecó, ni sus padres, sino que las obras de Dios deben ser manifestadas en Él “. Siempre atrae a los corazones cuyo tesoro está en la tierra para pensar que incluso si morimos en esta tierra no seremos retirados para siempre, volveremos otra vez. Y aquellos que no han experimentado suficientemente la vida en la tierra y que no han logrado su deseo en esta vida, sólo se contentan con pensar que la próxima vez vendrán y lo lograrán. También hay algunos que encuentran que les queda poco tiempo en la vida y que aún no se han mejorado. Pueden esperar que tal vez en su próxima visita a la tierra terminen la tarea. Algunos se ponen felices al pensar: “No soy rico esta vez, no importa, antes de esta época yo era un rey y después de haber pagado mis deudas en esta vida, en la próxima vida podría llegar a ser emperador”. Algunos explican sus gustos y disgustos en el mundo por la reencarnación, por relaciones pasadas. Esto da espacio al juego de la imaginación, que llega muy a menudo a ideas muy divertidas. Una vez dos personas pensaron que habían sido esposo y esposa en la última reencarnación, y en esta realización, su alegría fue grande al haber vuelto a encontrarse en la plataforma de esta tierra, pero al mismo tiempo, ante este hecho desafortunado, estaban muy tristes, dándose cuenta de que en esta vez no lo son.
Aunque siempre he tenido una gran respuesta de los miembros de la Sociedad Teosófica, quienes aman el pensamiento oriental y responden fácilmente a él, mi posición se volvió muy difícil cuando la gente me presento la pregunta del karma y la reencarnación. La doctrina que más les interesaba, me interesaba menos, y siempre he tratado de no animar a la gente en esa idea, y sin embargo no oponerme a su creencia, lo cual ha sido una tarea muy difícil para mí. Dice Hafiz: “Canta, Oh cantante, la nueva canción de la nueva vida en cada momento.” Para un sufí pensar, “¿Qué era yo y qué seré? “, lo aleja de la visión de la corriente de la vida que siempre brota. Muchos miembros de la Sociedad Teosófica han tomado interés en mi trabajo, ya que la Teosofía los prepara para apreciar el conocimiento más profundo; aunque ha hecho temer a las autoridades de la Sociedad Teosófica de perder a sus miembros y durante algún tiempo han tomado precauciones tales como cerrar sus oídos a mi llamada.
Traducido por Arifa Margarita Rosa Jáuregui