Hazrat Inayat: El alma, su origen y desenvolvimiento Pt I
En la tarde de un miércoles a finales de abril del año 1926, Hazrat Inayat Khan le habló a una audiencia en Chicago sobre el alma. El maestro había visitado los Estados Unidos por más de cuatro meses para entonces, y sabía que el país llevaba la delantera en crecimiento comercial e industrial; se estaba volviendo completamente “moderno”, lo que significaba que la gente rara vez tenía tiempo para lo que ellos veían como los muebles antiguos de la religión y ‘Dios’. Sin embargo, también encontró una fuerte búsqueda de espiritualidad, aunque a menudo inquieta y desenfocada. Aquí se esfuerza por mostrar el camino desde la ciencia materialista del mundo exterior a la realidad interna. Como la conferencia es bastante larga, se publicará por entregas.
Amados de Dios,
El tema de esta tarde es el alma, su origen y desenvolvimiento.
Cuando vemos la vida y el proceso de desarrollo, ya sea desde el punto de vista místico o desde el científico, encontramos que es una vida que se desarrolla ella misma a través de diferentes fases. En otras palabras, hay una sustancia vital, llamémosla energía o inteligencia, llamémosla fuerza, luz, Dios o espíritu, que está forzando su salida del aspecto más denso de la naturaleza, llegando al más fino aspecto de la naturaleza.
Por ejemplo, a través del estudio del reino mineral encontraremos allí una vida forzando su salida. Cuando lo miras de manera científica, verás que del reino mineral salen sustancias como el oro, la plata y piedras preciosas. Eso quiere decir que allí hay un proceso por el cual se vuelve cada vez más fino y más fino y más fino hasta que empieza a mostrar que el espíritu es resplandor; la inteligencia es belleza, que incluso se manifiesta a través de las piedras preciosas. Ese es un punto de vista científico. Y cuando venimos a un punto de vista místico, si ustedes van entre las rocas, si se paran en la montaña, si van en la soledad donde no hay nada más, y están allí solos, empezarán a sentir una exaltación, a experimentar una sensación de paz, una especie de estado de afinación con las rocas, las colinas y las montañas. Y ¿qué es esto? Es el mismo espíritu que está en ustedes, el mismo en las montañas y las rocas. Ese espíritu está enterrado en las rocas, no tanto en nosotros mismos. Pero es el mismo espíritu. Por esta razón nos atraen las montañas, aunque las montañas no sean tan vivas; es por esto que no son tan atraídas, nosotros más. Además, ¿qué podemos ofrecerle nosotros a las montañas? Falta de paz, discordia, nuestra desarmonía, nuestras limitaciones. ¿Qué pueden ofrecernos las montañas? Armonía, paz, calma, quietud, sentido de paciencia, resistencia. ¿Con qué nos inspiran? La idea de que han estado esperando quizás durante miles de años un desenvolvimiento que viene por el desarrollo de la naturaleza de roca a planta, de planta a animal, de animal a hombre. Y es este gradual desenvolvimiento del espíritu que está enterrado en todos los diferentes aspectos de la naturaleza. Y a cada paso, de roca a planta, de planta a animal, y de animal a hombre, el espíritu es capaz de expresarse de manera más libre, capaz de moverse más libremente. De esta manera, el espíritu finalmente se encuentra a sí mismo.
¿Esto qué muestra? Muestra que hay un propósito trabajando a través de toda la creación. Las rocas están trabajando el mismo destino del hombre, las plantas están creciendo hacia la misma meta del hombre. ¿Cuál es esa meta? Desenvolvimiento. Que el espíritu está enterrado en ellas y quiere abrirse camino hacia afuera. Darwin le dio al mundo científico ideas científicas. Desde el animal, como dijo Darwin, el hombre ha venido. A alguien le parecería que este es un nuevo descubrimiento científico. Esto no es cierto. Hay pruebas en los libros de los poetas persas: un poeta que existió setecientos años antes que Darwin, que dijo en sus términos poéticos, en forma religiosa, que Dios dormía en la roca, soñaba en la planta, despertaba en el animal y se realizaba a sí mismo en hombre. Tal vez no lo dijo en detalle, ni tan claramente, de dónde ha venido el hombre. Pero el panorama fue dado por un poeta muchos años antes, y mil quinientos años antes, el Profeta Mahoma* al dar el Corán dice lo mismo. Que primero estuvo la roca, y de ella vino la planta, y después los animales y de allí el hombre fue creado.
Ahora, la diferencia entre el punto de vista biológico y científico, y el punto de vista místico y poético es esta: un científico material lo mira de esta manera, que aquí está la roca; por un proceso de desarrollo, un tipo de vida ha llegado a ella; luego las vibraciones aumentan y de los animales viene el hombre, el hombre es un animal desarrollado. Entonces, de la densidad perfecta se ha desarrollado la inteligencia. La concepción mística es diferente. Un místico no traza el origen de la vida en la roca. La traza en el espíritu. Ustedes dirán, “¿qué es el espíritu?” El espíritu es inteligencia. Pero uno puede pensar que “no vemos inteligencia en la roca, en los animales”. La respuesta es que debemos primero distinguir entre espíritu y materia, qué diferencia hay entre estos dos. El espíritu es materia más fina; la materia es el espíritu denso. En otras palabras, el agua es nieve y la nieve es agua. Cuando el agua no está congelada, es agua. Cuando está congelada es nieve. Cuando se calienta, de nuevo vuelve a ser agua. Lo mismo con el espíritu y la materia. Hay muchos en este mundo que se inclinan a decir “la materia no existe”. Es fácil de decir, pero difícil de probar. Además ¿no es una concepción? Otros dicen, “el espíritu no existe”. Lo que se necesita es entender la relación entre los dos y la diferencia entre los dos. Cuando viajaba en el barco, un joven italiano viajaba conmigo. Me miraba, pensó que era un sacerdote. Él, un joven ateo, empezó diciendo, “¿cuál es tu creencia?” Yo dije, “Nadie puede decir su creencia; ésta no puede ser puesta en palabras. Pero ¿puedo preguntarte cuál es la tuya? Quizás puedas decirlo mejor que yo”. “Bueno”, dijo él, “creo en la materia eterna”. Yo dije: “Mi creencia no está muy lejos de la tuya. Lo que tú llamas materia eterna, yo lo llamo espíritu eterno. La disputa está en las palabras”. Si no te aferras a palabras preconcebidas, no hay diferencia. Muchos en este mundo discuten por las palabras. Si vas al sentido, no hay disputa al final. Si él ve el aspecto eterno en la materia, que es siempre cambiante, dejémoslo llamarla eterna. Eso no importa. Es el aspecto eterno de la vida el que estamos buscando.
Continuará…
*Esta no es una fecha exacta. De acuerdo con la creencia musulmana, la revelación del Corán empezó en el 610 EC.
Traducido por Prajnabai Mariana Betancur
¡Qué hermosa conciliación de ciencia y mística! Curiosamente Hazrat Inayat nació en 1882, el año en que murió Darwin, pero no dejo de pensar cómo habría sido una conversación entre ellos dos, y si el Murshid le habría podido hacer ver el Espíritu obrando detrás de todo.
Querido maestro Nawab, no entiendo por qué dice Inayat Khan que ‘el espíritu está enterrado en las rocas, no tanto en nosotros mismos’. ¿Se refiere a que en nosotros es visible, si se puede decir así? Y si es visible o más evidente, ¿por qué tenemos que ir a las montañas a encontrar la paz, si el espíritu es más evidente en nosotros? Creo que estoy confundido…
It seems Mullah Nasruddin is being wise, isn’t he? And also, it seems Mullah Nasruddin is being foolish, isn’t he? ?
I’m sorry, wrong post…