Sobre la vida interior
En esta publicación acerca de lo que logramos con la meditación, Hazrat Inayat Khan ofrece una explicación que, a pesar de ser clara, podría malinterpretarse en la época actual en la que se glorifica al individuo. Hazrat Inayat explica de forma muy sencilla que la razón por la que meditamos no es para encontrar un camino al cielo, sino descubrir la vida eterna en nuestro interior. Pasando por el estado de ‘yaquin’, la creencia absoluta en la realidad espiritual que esperamos algún día reconocer, al estado de ‘iman’, la convicción inquebrantable que surge de experimentar esa realidad, ya sin aspirar al paraíso, una persona observa que, si la presencia de Dios se puede encontrar en cualquier lugar, se debe encontrar en el interior. En pocas palabras, esta es la respuesta al eterno enigma, ‘¿qué o quién soy yo?’
La mayoría de las personas no conocen su verdadera naturaleza. Si les preguntas quién son, podrían responder con un nombre, o una relación familiar, o una profesión, o una nacionalidad, o una religión, o tal vez como el propietario de una cierta propiedad o título–pero estas son identidades temporales. Somos como niños en una fiesta de disfraces; por un tiempo disfrutamos jugando a que somos esto o aquello, pero después el disfraz se razga y perdemos interés. No saber quién somos es una preocupación fundamental en la vida que impulsa nuestra intensa búsqueda de una cosa tras otra en el mundo exterior.
Pero como dice Hazrat Inayat, no nos trae ningún consuelo real el saber intelectualmente que la vida eterna está en nuestro interior, y es más que inútil declarar, como lo hacen algunos, que ‘Yo Soy Dios.’ Mientras tal actitud persiste, el entendimiento real es imposible. El místico es aquel que va en dirección opuesta, diciendo ‘No soy nada,’ y haciendo, con esto, espacio para la Divinidad en todo lugar.
Es por eso que, el cultivar el ideal de Dios ha sido dado a la humanidad como un camino a la perfección. Podemos anhelar conocernos a nosotros mismos, pero primero debemos aprender a olvidarnos de nosotros mismos. Como dice Hazrat Inayat en el Gayan, Boulas:
No es a través del autodescubrimiento que el hombre reconoce a Dios;
es a través del reconocimiento de Dios que el hombre se descubre a sí mismo.
Traducido por Darafshan Daniela Anda
Muy esclarecedor, muchas gracias Murshid Nawab!