Atmósfera
Un aspecto importante del camino sufí es que vivimos en el mundo mientras hacemos nuestro trabajo interior, y esto significa que, así como otros tienen un efecto en nosotros, también nosotros tenemos una influencia sobre aquellos a nuestro alrededor. Esto surgió recientemente en una conversación acerca de la frase del Gayan Suras, “El logro espiritual es afinarse a un tono más elevado”, y habíamos comenzado a hablar sobre las consecuencias de esa labor. ¿El afinamiento espiritual cambia nuestro comportamiento? ¿Un sufí se vuelve “santo” (según la concepción popular) y por lo tanto nunca se opone a lo que es perjudicial?
Es muy común cuestionar cuales acciones se consideran aceptables o correctas para un sufi, pero como se menciona brevemente en esta carta a los murids y en el texto de Hazrat Inayat Khan, las acciones no pueden clasificarse; dependen de las circunstancias. Hay, sin embargo, otra forma con la cual influimos en el mundo, una forma de la que muchos no son conscientes, y es mediante nuestra atmósfera.
Nuestros pensamientos y sentimientos crean una vibración que nos rodea, un movimiento invisible que tiene su efecto, sea que otros lo noten o no. Así como un sonido puede producir una resonancia simpática en la cuerda de un instrumento musical, nosotros también respondemos a nuestro entorno y nuestro entorno responde a cualquier vibración que producimos.
En otras palabras, si tenemos pensamientos persistentes de amargura, ira o envidia, quizás podamos mantener un semblante tranquilo pero nuestra atribulada atmósfera de todos modos perturbará a los demás. De la misma manera, si mantenemos nuestra mente enfocada en un alto ideal, manteniendo nuestro corazón cálido y abierto, no necesitamos decir nada al respecto, pero sin duda esto tocará las mentes y los corazones a nuestro alrededor.
La atmósfera también permanece en el ambiente; puede sentirse en lugares de adoración, o donde haya ocurrido algún crimen o tragedia, por ejemplo. Es por eso que se realiza la bendición del Culto Universal en una casa, para refrescar la atmósfera de un hogar. Pero quizás la atmósfera más conmovedora de todas se puede sentir en lugares donde las personas rara vez van, en un lugar agreste de la naturaleza, porque allí podemos sentir más claramente la atmósfera del Espíritu Divino.
Muy a menudo nos rompemos la cabeza para saber cómo ayudar al mundo en estos tiempos de dificultad, para saber cuál acción es la mejor; lo que puede ser adecuando en un momento, podría ser inapropiado en otro. Sin embargo, una contribución muy positiva, que siempre es confiable, es mantener una buena atmósfera, para que todos puedan respirar más fácilmente. Eso se logra mediante una afinación más alta.
Traducido por Inam Anda
Reflexión de gran dimensión,crear esa atmósfera para un buen vivir
Sale de el corazón y se respira atravez de el aliento divino
Hay que pedirlo al espíritu de guía inspiración!
Gracias