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Inner Call Podcast #111 Elevarse por encima
Como sucede con frecuencia hoy en día cuando un grupo de amigos se reúne, luego de considerar varios asuntos espirituales elevados comenzamos a reflexionar sobre el estado del mundo. Hay suficiente para pensar: la pandemia, que continúa propagándose, la seria situación climática y ecológica, ahora global e innegable, la hiper materialización general de la cultura y el endurecimiento de las divisiones políticas dentro y entre las naciones, todo acompañado por un rugiente rebote de producción de los medios sociales que no parece hacer nada más que aumentar los niveles de ruido – como dar megáfonos en un cuarto lleno de niños de dos años. De cara a todo esto, el camino espiritual – no solo el camino sufi, sino el camino sagrado en todas sus formas – ¿ofrece alguna esperanza?
En realidad, ofrece la única esperanza, pero debemos entender bien cómo hacer realidad esa esperanza. Antes de comenzar a proclamar un mensaje de armonía, de amor, de belleza, tenemos que aprender cómo vivir nosotros. ¿Qué significa eso?
En la oración Khatum, rogamos a Dios “elevarnos por encima de distinciones y diferencias que dividen a los hombres.” En momentos más egoístas, tal vez pensamos mientras decimos esas palabras, “Que mi vecino deje de ser tan difícil” o “¡Que aquellos ignorantes vean finalmente la luz!” Y en nuestros mejores momentos, tal vez a regañadientes, admitimos nuestras faltas, o alguna de ellas y las agregamos nosotros mismos a la lista de las mejoras necesarias. Si miramos más de cerca las palabras de la oración, sin embargo, estamos pidiendo por algo mucho más profundo.
Las distinciones y diferencias son la consecuencia inevitable de los nombres y formas que nos permiten hacer comparaciones. Si pedimos elevarnos por encima de esas diferencias, pedimos elevarnos más allá de la forma al infinito, a la Verdad que todo abarca y se sitúa más allá de todo. A Hazrat Inayat Khan le gustaba citar la frase de Jesús, “Sed perfectos, como es perfecto vuestro padre celestial”. Nosotros mismos no podemos volvernos perfectos – es un intento estéril, pero es cuando nos elevamos por encima de nombres y formas que descubrimos la perfección, una perfección viva que siempre ha estado, y que es la paz que el mundo está anhelando.
Mientras más empecemos a encontrar esa paz en nuestras prácticas y meditaciones, y por lo tanto en nuestra vida diaria, más comenzará a aliviarse el sufrimiento del mundo.
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel