No se dispone de una grabación de audio de esta traducción.

Llegando más alto Inner Call Podcast #113

En el poema sobre la luz de Abul Hassan Kharqani, leemos que el Señor envía una luz desde arriba a la humanidad, que es la luz de la Gracia, y también hay una luz desde abajo que va hacia arriba y esa es la luz de la pureza.  

No hay nada que podamos hacer para ganarnos o para atraer la primera luz, la luz de arriba, ya que la esencia de la gracia es que se da incondicionalmente y sin considerar ningún mérito. No se puede incitar o comprar; Dios da porque Él decide hacerlo, y cuando Él nos sonríe, somos bendecidos. Si elige ocultar Su gracia, debemos practicar el arte de la paciencia. 

Pero, ¿qué hay acerca de la luz de la pureza? Es posible alumbrar y enfocar esta luz con nuestro propio esfuerzo, si entendemos bien lo que significa la pureza. La mayoría de personas piensan que la ‘pureza’ es un tipo de disciplina moral, evadiendo lo que ha sido catalogado como ‘impuro’, como algunos actos o comportamientos, por ejemplo, o como algunas formas de hablar. Sin embargo, como explica Hazrat Inayat Khan en su conferencia acerca de la pureza de la vida, que inicia en la publicación del 14 de Abril, la pureza realmente significa descubrir nuestra esencia y soltar todo lo demás.   

El espíritu que llega a la tierra es puro en su origen – es un rayo de luz de la Fuente más pura – pero en el transcurso de la vida acumula numerosas impresiones que causan que su esencial resplandor interior pierda su luz. Cuando quitamos esas impresiones, la luz se vuelve más brillante. La luz original de la pureza comienza a mostrar su resplandor cuando quitamos las capas que la cubren. Las muchas disciplinas que han sido dadas por las religiones tienen este objetivo – ayudarnos a lavar las densas capas de suciedad.  

Pero si seguimos las disciplinas sin la actitud correcta, corremos el riesgo de enterrar el espíritu aún más. Es por eso que una forma muy poderosa de liberar la luz de la pureza es ser cada vez más agradecido por la luz de la Gracia. Puesto que la Gracia llega sin que la busquemos, nuestros corazones deberían emblandecerse de gratitud por cada bendición que recibimos. 

No existe ninguna vida en la tierra que no haya sido tocada por la Gracia de muchas maneras. Incluso haber nacido es un regalo desde arriba. Si dedicamos más tiempo a reconocer nuestras bendiciones y dar las gracias, entonces ciertamente la luz de la pureza llegará más alto. 

Traducido por Darafshan Daniela Anda