Juego de niños
Hay una frase en inglés que indica que algo es muy sencillo de hacer: Eso es un juego de niños. En este caso, el juego hace referencia a algo simple, sin complicaciones, y hecho para nuestra propia diversión. Todo lo contrario a “trabajo” que se refiere a lo difícil, laborioso, y normalmente impuesto como tarea o necesidad. Nos puede sorprender, sin embargo, cuando vamos en la lectura sobre la libertad del alma de Hazrat Inayat Khan, iniciada aquí y terminada aquí, donde dice que la manera de liberar el alma de su cautiverio es a través del juego. El principal secreto, nos dice el Maestro, es morir antes de la muerte: “pero es realmente morir?”, pregunta. “No, es jugar a hacerse el muerto”.
Pero ¿cómo hacemos esto? Hazrat Inayat puede estarse refiriendo a un actor o actriz jugando su parte en el escenario de la vida, o puede también referirse a un músico tocando un instrumento, tal vez en una orquesta; estas son metáforas que él ha usado en otras partes. Y no es difícil reconocer que a veces todos jugamos roles en la vida, partes que probablemente no hayamos escogido, pero a las que somos impulsados por las circunstancias. Como un actor está obligado a decir unas palabras que no ha escrito. Pero ¿qué puede significar “jugar a morir”? ¿será caer y rendirse? Hay una divertida historia contada por Hazrat Inayat Khan aquí sobre el simplón que pensó que estaba muerto; que, entre otras cosas, nos aclara que no podemos simplemente tirarnos al suelo y desconectarnos del mundo, pues el mundo no nos dejará a tranquilos, vendrá y nos echará a patadas nuestra “tumba” de todos modos.
Para actuar un papel, el actor requiere un equilibrio entre participación y desapego. El actor debe aprender el diálogo a hablar y entrar en el personaje, pero sólo hasta aquí. Una cierta parte del “actor” debe permanecer en servicio, por así decirlo, lo suficientemente desapegado del anhelo y la confusión del papel para poder sintonizar al personaje con el flujo cambiante de eventos en el escenario. Y es precisamente este desapego lo que es la clave para “jugar a morir”. Nosotros jugamos a la vida diciendo “yo hago, yo pienso, yo hablo”, pero jugar a morir solo consiste en recordarnos a nosotros mismos que la voz que repite estas palabras un día se acallará y el personaje dejará el escenario -en otras palabras, jugar eso que se está jugando, del mismo modo que un adulto amablemente juega con un niño cuando es invitado a una fiesta de té de muñecas-. Cuando esta consciencia de nuestro desapego crece, nuestro entendimiento de la vida empieza a cambiar.
A veces, cuando la gente escucha que una de las “alas” del corazón alado representa indiferencia, hay un sentimiento de confusión e incluso de alarma: ¿debemos volvernos indiferentes a aquellos que nos rodean? ¿a nuestros seres amados? Pero esa no es en absoluto la idea, en este caso significa indiferencia a nuestras afirmaciones de “mí”, desprendimiento de nuestro propio ego, por el cual jugamos a morir antes de la muerte y encontramos la libertad que es el anhelo de cada alma.
Traducido por Prajnabai Mariana Betancur
Qué claro ejemplo el del actor:participar y desapegarse. Contestó una pregunta que hice hace varias publicaciones sobre si debemos estar jugando este juego de morir antes de la muerte todo el tiempo. Entiendo que debo participar plenamente en mi papel en la vida, pero me desapego de él para ser consciente del escenario inmenso de la Realidad. ¿Es así Nawab?
Muy querido Amin, creo que lo pones muy bien. La flecha en el blanco!