Armonía 

Hazrat Inayat Khan enseñó un mensaje que él describía como de amor, armonía y belleza. Respondemos fácilmente a la palabra “amor” y podemos iluminarnos ante una impresión de belleza, pero quizás es menos convincente la palabra “armonía”. Para muchos, parece no ser un líder de la banda sino más bien un vocalista de respaldo. ¿Cómo podría el buscador spiritual relacionarse con este término que al parecer es tan importante en nuestro viaje como lo son la belleza y el amor? 

Si dos voces cantan juntas, pueden cantar las mismas notas, al unísono; pueden cantar notas no relacionadas, resultando probablemente en una cacofonía; o pueden cantar notas que tienen su propia integridad melódica pero que forman intervalos agradables entre sí, es decir, en armonía. Similarmente en una pintura las formas y colores se pueden respetar unas a otras mientras cada una conserva su propia integridad. De esta manera la composición cobra vida. Evidentemente la armonía no es una cualidad absoluta, sino que es algo que surge de la relación entre los elementos. De hecho, la palabra armonía viene de una raíz que significa “juntos unidos”. 

Con frecuencia, somos más conscientes de la armonía por su ausencia que por su presencia. Algunas situaciones son difíciles, y para la mayoría de nosotros existen personas con las cuales encontramos difícil llevarnos bien. Si miramos más allá de nuestro propio horizonte al mundo más amplio, la desarmonía entre grupos y naciones parece crecer de forma más dolorosa y visible cada día. Por lo tanto, podemos fácilmente estar de acuerdo con Hazrat Inayat Khan que el Mensaje del mundo debe incluir esta cualidad esencial. Con seguridad todo el mundo desearía más armonía – ¿pero somos nosotros mismos armoniosos? Antes de que pueda haber armonía en el mundo, debemos aprender a ser armoniosos, y esto debe comenzar por encontrar armonía en nosotros mismos. 

Es un supuesto muy común que cada persona representa un único y coherente punto de vista, pero eso rara vez es así. Hazrat Inayat Khan decía que, si nos examinamos cuidadosamente, descubrimos que estamos hechos de muchas vidas; toda célula de nuestro cuerpo tiene una vida y en última instancia una muerte, y recientemente la ciencia ha demostrado que los microbios que viven en nosotros, aunque aparentemente son vidas separadas, afectan nuestra salud y estado de ánimo. Los pensamientos que pasan a través de nuestra mente también tienen vida, y con frecuencia están en conflicto. Si escrutamos nuestros pensamientos con cuidado, podríamos reconocer que hay incluso algunas voces en nuestra conciencia con las que estamos completamente en desacuerdo. A veces no somos conscientes de eso, asumiendo que el pensamiento que habla más fuerte en el momento soy “yo”, pero una descripción útil seria decir que cada persona es como una ciudad abarrotada, y si todas las partes de la ciudad no están en armonía, entonces nuestra voluntad está inevitablemente dividida y tenemos poca posibilidad de alcanzar nuestro propósito en la vida. 

Es una disciplina útil el observar cuidadosamente nuestros pensamientos y sentimientos, y tratar de mantenerlos enfocados en un objetivo, pero no alcanzaremos la armonía por la fuerza, solo puede encontrarse a través del amor. Esto se expresa en las Boulas del Gayan de esta manera: El amor se convierte en armonía, y de la armonía nace la belleza. El poder alquímico del amor disuelve nuestras barreras y nos permite ver la plenitud; cuando nuestro horizonte se amplía, entendemos más fácilmente la interrelación de las piezas y ayudarlas a encajar se vuelve un placer. De cultivar así la armonía crece la planta de la belleza. Pero el primer elemento esencial es el amor, y así, el buscador espiritual debe comenzar con estas preguntas: ¿Qué amo? ¿Qué tan fuerte amo? ¿Puede mi amor fortalecerse? El que hace estas preguntas con sinceridad llegará a conocer la verdad de este dicho de las Chalas del Gayan: La verdadera felicidad está en la corriente del amor que brota de nuestra alma, y el hombre que deja fluir continuamente esa corriente, en todas las condiciones de la vida, en todas las situaciones, por muy difíciles, tendrá una felicidad que verdaderamente le pertenece. 

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel