Hazrat Inayat : Confessions pt IX – My initiation in Sufism (Spanish version)

Hazrat Inayat: Confesiones Pt IX – Mi iniciación en el Sufismo 

Luego de describir su encuentro con los derviches, Hazrat Inayat Khan ahora empieza a buscar su propio guía en el camino del Sufismo 

“Aquel cuya cabeza no es calentada por su corazón, no respira la fragancia de los misterioso divinos” 
Wali 

Mi interés en el Sufismo me hizo muy amigo de los derviches. Aprendí a amar la dulzura de su naturaleza y el perfume innato de su manera de utilizar la música como alimento del alma. 

Comencé inicialmente a imitar sus hábitos y métodos, y pasaba algunas horas en silencio cada día. Una vez en un sueño vi una gran asamblea de profetas, santos, y sabios todos revestidos con sus trajes sufís, regocijándose en el Sama o música de los derviches. Fui absorbido por su dichoso estado de éxtasis, y cuando me levante aun sentía el júbilo que me había traído mi visión. Después de esto escuchaba continuamente caminando o durmiendo, una voz desconocida que me gritaba, “¡Allahu Akbar!” – ¡Dios es grande! 

También tuve visiones de un rostro muy encantador y espiritual, radiante de luz, durante mis concentraciones en silencio, que aumentaron aún más mi interés en el misticismo, especialmente porque no podía descifrar su significado. Temía preguntar por su significado por miedo a que otros se burlaran de mi fantasía y la ridiculizaran. Al final, cuando no pude controlar más mi impaciencia, describí mi visión dorada a un amigo que también era amante del misticismo, y le rogué por una interpretación. 

Me respondió que el sueño era un símbolo de mi iniciación en la Orden Sufi de Chistiyya Khandanm y las palabras que escuchaba eran el llanto de Haqq o la verdad, mientras que la visión era la imagen de mi guía espiritual y protector. También me aconsejó experimentar la iniciación del Sufismo, pese a que yo siempre me había considerado inmerecedor de una iniciación en esa Hermandad de Pureza. Pero tuve un poco de coraje esperando que al menos me usaran como se usa una papelera para arrojar sobras de sabiduría, lo cual me bastaría. Visité varios Murshids con este propósito, pero no me respondieron pese a que tuve el privilegio de estudiar sus variadas visiones y métodos de enseñanza. 

Así aprendí a conocer cuatro tipos de maestros verdaderos y cuatro falsos. Dentro de los verdaderos vi primero al que nunca responderá al llamado de un buscador hasta que no esté completamente preparado. El segundo tipo nunca iniciará a nadie hasta que el discípulo haya pasado por un largo y difícil periodo de prueba. El tercero, para mantener alejados a adherentes indeseados, se hará aparecer a si mismo tan absolutamente desagradable que todo mundo saldrá corriendo al verlo. Y el cuarto se disfrazará de tal manera para escapar de los elogios y la publicidad del mundo que nadie podrá pensar por un minuto que es un verdadero Murshid. 

Dentro de los falsos maestros primero conocí al hipócrita, que incrementa su número de seguidores contando las historias más maravillosas y mostrándoles trucos de fenómenos. El segundo apostata era piadoso, disfrazaba sus debilidades y fracasos bajo el manto de la moralidad y siempre estaba ocupado en la oración y la adoración. El tercero era el maestro cobrador, que aprovechaba con entusiasmo cada oportunidad para vaciar los bolsillos de sus alumnos. El cuarto era el que codiciaba la adoración, el culto y el servilismo de sus seguidores. 

Continuará … 

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.