Hazrat Inayat : Confessions pt XII – My tour abroad in the West (Spanish version)

Hazrat Inayat : Confesiones pt XII – Mi viaje a Occidente  

Tras ofrecernos un breve retrato de su Murshid, Hazrat Abu Hashim Madani, Hazrat Inayat comienza ahora a describir su viaje a Occidente. Puede que nos resulte difícil comprender la gran diferencia que había entre el mundo del que procedía y el que encontró.  

“El amante permanece solitario entre la gente y se mezcla con ellos tan poco como el agua con el aceite”.  
   – Rumi  

Siguiendo mi decisión y la llamada de Dios, dejé la India en 1910 para residir en el mundo occidental, fuerte en el valor del mandato más dichoso que había recibido de mi Murshid y en la gloria del noble propósito que había despertado en mi alma.  

Naturalmente fue un gran cambio en mi existencia dejar la India, la tierra más despierta espiritualmente, y partir hacia Occidente, especialmente hacia América, ese hogar moderno del progreso material. Era todo lo contrario del sueño que acababa de experimentar. La gran actividad de la gente y la rapidez de las cosas en general, el ajetreo de la maquinaria por encima, por debajo y por todas partes; la transitoriedad de los asuntos; los hombres corriendo de aquí para allá en busca de trenes y automóviles con periódicos y paquetes en las manos – todo esto me mantenía bajo un completo hechizo de silencio y desconcierto. 

Era como si me hubiera dormido en casa y al despertar me hubiera encontrado en un bazar. Pero como sufi que soy, pronto me acostumbré a este cambio de vida sintonizándome con mi entorno, y descubrí que eran verdaderos amantes de Dunya, el mundo material sobre el que Rumi ha escrito en su Masnavi.  

Cada raza y nación tiene su infancia, su juventud y su edad, así como su nacimiento y su muerte. Y al igual que cada individuo, experimenta incluso la evolución por la que se pasa durante las distintas etapas de la vida. Pues desde un punto de vista filosófico todos los hijos del mundo son como niños pequeños, y sus asuntos más importantes no tienen más importancia que la cima de un niño. Como nueva nación, América parece naturalmente infantil debido a su juventud, aunque su progreso material es proporcionalmente tan grande como el progreso espiritual de la India. Pero América es una tierra de promesas; con el tiempo se levantará para ser un niño ideal entre los hijos de Dios y un líder de la reforma. 

Me resultaba muy difícil mantener el equilibrio entre mi misión y mi profesión, tan diferentes entre sí. Por una parte, tenía que ser maestro y, por otra, artista y, sobre todo, intérprete de un arte tan poco conocido en el extranjero. Esto nunca podría ser comprendido por un pueblo acostumbrado sólo a mirar el aspecto externo de las cosas. No ocurría como en la India, donde Kabir, el gran poeta, predicaba mientras estaba sentado tejiendo en su telar, donde Guru Nanak enseñaba dentro de su prisión. Porque algunos de los más grandes maestros que ha producido Oriente fueron también maestros de música, como Narada, Tumbara, Bharata Muni, Tansen, Tukaram, Surdas, Amir Khusrau, Mirabai, Avicena y Farabi. 

Además, siendo un extraño, sin ninguna influencia o buenas presentaciones, que un maestro nunca requiere en Oriente, pasó mucho tiempo antes de que me familiarizara con las personas adecuadas. A su debido tiempo, por la misericordia de Dios, mi camino se abrió y entré en contacto con los interesados en la música. 

Continuará…  

Traducido al español por Arifa Margarita Rosa Jáuregui 

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