Hazrat Inayat: La naturaleza humana y el ego
En estos breves y muy ilustradores pasajes sobre la naturaleza humana y el ego, Hazrat Inayat Khan utiliza la palabra “caballero”, que en este contexto significa alguien que ha sido suavizado, que es más fino que antes, o literalmente, un “hombre gentil (gentle man)”. “Importar” aquí significa “objetar”, “resentir”.
La vida en el mundo se puede representar como todos apartando a quienes se interponen en su camino, abriendo así su camino hacia su objeto. Al hombre generalmente no le importa cuando aparta a otro, le importa cuando él es apartado. Cuando se vuelve algo considerado, entonces trata de abstenerse de apartar a los demás, y por esta misma razón se siente lastimado cuando es apartado por los demás. Si sucede que un caballero también es sabio, por su gentileza no aparta a nadie, ni le importa ser apartado, sino que continúa pacientemente en la búsqueda del objeto que desea lograr. Pero cuando un caballero es amable, pero carente de sabiduría, se queda quieto en la vida, bloqueando el camino a los demás y colocándose a sí mismo en un lugar desde donde siempre será apartado. Muchos son amables, pero pocos son amables y gentiles, y más pocos aún son amables, gentiles y sabios al mismo tiempo.
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Hay egos que no están listos y dispuestos a aceptar todo lo que les atrae. Cuanto más les atrae algo, más se rebelan contra ello, dudando de si no es una tentación. Incluso si ven una realidad en lo que les atrae, consideran que la tendencia a ser atraídos es una debilidad en ellos mismos. Hay egos que se niegan a aceptar lo que su amigo ha aceptado, y se niegan a admirar plenamente lo que ese amigo ha admirado, e incluso si quisieran tomar algo que vieron que su amigo ha tomado, se negarían a tomarlo.
Porque la tendencia de ese ego es nadar contra las mareas; es una fortaleza del ego. Contra esta fortaleza Cristo ha dicho: “Bendecidos los pobres de espíritu”. Fue la misma fortaleza de mentalidad la que mantuvo a algunos Judíos en su propia creencia, incluso siendo impresionados por la personalidad de Cristo; y es este poder el que en gran parte se ha levantado contra el Mensajero, construyendo un muro de fortificación entre el Mensajero y las almas que anhelan ser guiadas.
Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J.