Hazrat Inayat : Jesus pt I (Spanish version)

Hazrat Inayat: Jesus pt I 

Mientras gran parte del mundo está celebrando o a punto de celebrar el nacimiento del niño Jesús, Parece apropiado publicar algunas de las enseñanzas de Hazrat Inayat sobre este amado Maestro. Comienza por abordar algunos de los prejuicios comunes que dividen en lugar de unir. 

El espíritu de Cristo no puede explicarse en palabras. La inteligencia omnipresente que está en la roca, en el árbol y en el animal, muestra su gradual desenvolvimiento en el hombre. Es un hecho aceptado tanto por la ciencia como por la metafísica. La inteligencia muestra su culminación en el desarrollo completo de la personalidad del hombre, tal como la personalidad que fue reconocida en Jesucristo por sus seguidores. Los seguidores de Buda reconocen el mismo desarrollo del objetivo de la creación en el Buda Gautama, y los hindúes ven lo mismo en Shri Krishna. Los que siguen a Moisés lo reconocen también en él, y han mantenido su creencia por miles de años; la misma culminación de la inteligencia que todo lo compenetra fue reconocida en Mahoma. 

Ningún hombre tiene derecho a reivindicar esta etapa del desarrollo, ni puede nadie comparar adecuadamente dos hombres sagrados reconocidos por sus seguidores como el Espíritu perfecto de Dios. Para un insensato es fácil expresar una opinión y comparar a dos personas, pero una persona reflexiva primero piensa si ha llegado a la etapa en la que es capaz de comparar dos de tales personalidades. 

Sin duda es diferente cuando se trata de una cuestión de creencia. La creencia de un musulmán no puede ser la misma de un judío, ni puede la creencia de un cristiano ser igual a la de un budista. Sin embargo, el sabio entiende todas las creencias, porque él es uno con todas ellas. 

La pregunta de si una determinada persona estaba destinada a ser una personalidad completa, puede responderse diciendo que no hay persona que no esté destinada a ser algo. Toda persona tiene su vida diseñada de antemano, y la luz del propósito para el cual nace en la vida ya estaba encendida en su alma. Por lo tanto, cualquiera sea el grado de evolución de la persona, con seguridad está destinada a serlo. Discusiones sobre la vida que los diferentes profetas han tenido, como de la superioridad de uno sobre otro, parecen ser un intento primitivo de parte del hombre. Si, sin conocer las condiciones de la época en particular en la que vivió el profeta, o la psicología de la gente en ese tiempo, está listo a juzgar esa personalidad con los estándares de hoy no le hace justicia a esa personalidad.  

Cuando alguien compara una enseñanza particular de un profeta con la enseñanza de otro profeta, también comerte un grave error, porque las enseñanzas de los profetas no han sido todas del mismo tipo. Las enseñanzas son como los trabajos de un compositor que escribe música con todas las teclas, y que pone la nota más alta y la nota más baja y todas las notas de las diferentes octavas en su música. Las enseñanzas de los profetas no son otra cosa que la respuesta a las demandas de las almas individuales y colectivas.   A veces un alma infantil viene y pregunta y se da una respuesta apropiada a su entendimiento; y un alma vieja viene y pregunta y se le da una respuesta adecuada a su evolución. 

No hace justicia a ninguno comparar una enseñanza, que Krishna dio a un niño con una que Buda le dio a un alma vieja. Es fácil decir, “No me gusta la música de Wagner; simplemente la odio”. Pero yo debería pensar que sería mejor primero conocer a Wagner y luego odiarla si aún queremos hacerlo. Para sopesar, medir, examinar, pronunciar una opinión sobre una gran personalidad, uno debe primero elevarse a su estado de evolución; de lo contrario lo mejor es una actitud respetuosa. El Respeto en cualquier forma es el camino de los sabios.  

Luego hay gente sencilla que escucha acerca de milagros. Le dan gran importancia a lo que tal vez han leído sobre los milagros realizados por las grandes almas, pero de esta manera limitan la grandeza de Dios a cierto milagro. Si Dios es eterno, entonces Su milagro es eterno. Siempre está allí. No hay cosas antinaturales, cosas imposibles. Las cosas parecen antinaturales porque son inusuales; las cosas parecen imposibles porque están más allá de la limitada razón del hombre. La vida en si misma es un fenómeno, un milagro. Mientras más sabemos sobre esto más somos conscientes de la maravilla de la vida, y más nos damos cuenta de que si hay algún fenómeno o milagro es el derecho de nacimiento del hombre. ¿Quién realiza los milagros? Es el hombre, que puede hacerlo y lo hará; pero lo más esencial no es un milagro: lo más esencial es el entendimiento de la vida. 

Continuará… 

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel 

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.