Hazrat Inayat: The Deeper Side of Life pt II (Spanish version)

Hazrat Inayat: El lado más profundo de la vida. Parte 2.

Continuamos con la conferencia que dio Hazrat Inayat Khan mientras navegaba hacia Nueva York a fines de 1925.  La primera parte de la charla puede encontrase aquí.

Discutimos, alegamos y disputamos con mucha frecuencia, ¿sobre qué? Por tener la razón. Dos personas discutiendo, cada una tiene una razón. Cada una piensa que su razón es la correcta.  Pueden discutir por años y sin embargo, no llegarán a ninguna parte, porque la razón de cada uno es diferente. Por tanto, pensar más es mirar hacia atrás. Y el momento en el que uno comienza a ver más allá de la razón, verá la vida de manera muy diferente. Entonces encuentra que donde él pone la culpa, quizás haya algo que alabar, y donde haya algo que alabar, quizás haya una razón para culpar. Comenzará a ver lo que hay detrás de todas las cosas y eso le dará la prueba de que toda la vida es una especie de revelación.

Mientras más profundo miras la vida, más se te manifiesta, permitiéndote ver con mayor agudeza. Si dijera que la vida es reveladora, no estaría exagerando. No es solo que los seres humanos hablamos, sino también las plantas y los árboles hablan y toda la naturaleza, si solo los oídos pudieran escuchar, ella habla, en el sentido de que se manifiesta, revela su secreto, su carácter. En esta forma, cuando nos comunicamos con la totalidad de la vida, nunca estamos solos; entonces la vida se hace digna de ser vivirla.

Los pensadores de todas las épocas han considerado la fuente de la creación como una y la misma. Un gran científico te dirá que la causa detrás de la creación es movimiento, vibración. Él irá tan lejos y dirá: “es movimiento”. Pero si a partir del movimiento y vibración, esta manifestación ha llegado a nuestra vista, entonces ese movimiento no es inanimado.  Si ese movimiento es la vida misma, entonces es inteligente, aunque no es inteligente en el sentido que entendemos la palabra inteligencia. Conocemos el sentido más limitado de ella; al limitado cerebro lo llamamos inteligencia. Decimos que una cosa es inteligente porque está viva y a otra, donde no distinguimos vida, la llamamos una cosa no inteligente. De esta forma llega la dualidad por nuestra experiencia de definir lo que llamamos inteligente. Pero un científico de India que visitó Occidente señalaba que aun los árboles respiran. Si eso es verdad, entonces los árboles viven. Y si hoy está demostrado que los árboles viven, también se puede encontrar que las piedras viven, que todo lo que vemos, vive. Entonces todo viene de una sola fuente, que es la vida misma de todas las cosas, y no solo vida, sino también inteligencia, eso que la religión llama Dios. Como sea que lo llamemos, es lo mismo. La diferencia está solo en el nombre.

¿De dónde viene la diferencia entre las religiones? De mirar superficialmente. Las personas discuten sobre cosas que en esencia son las mismas. La diferencia es solo está en las palabras. Y es una observación aguda de la vida la que con el tiempo despierta en nosotros esa visión que, una vez que se arroja luz sobre la vida, ella empieza a revelarse. Como dijo el gran poeta de Persia, Sa’di:, “incluso las hojas de los árboles se convierten en páginas del libro sagrado una vez que se abren los ojos del corazón”.

———

Pregunta: ¿Cuál cree que es el mejor medio para lograr una mejor comprensión y tolerancia entre aquellos los de diferentes creencias?

Respuesta: Pienso que los esfuerzos que hacen los misioneros de diferentes religiones para convertir a aquellos que no pertenecen a su credo, no son de gran importancia hoy en día. Los esfuerzos que hoy podemos hacer deben ser para lograr una comprensión entre los seguidores de diferentes religiones mediante la forma de escribir, hablar o predicar la religión en lugar de una religión, lo que significa tratar de explicar la verdad del cristianismo a los budistas en el ámbito del budismo, a los cristianos budismo en el ámbito del cristianismo. Para compararlas con sus propias enseñanzas, no para generar una diferencia, sino para hacerles comprender que es la misma cosa, que el esfuerzo de cada gran maestro fue hacer que la humanidad llegue a esta comprensión. Pero una comunidad decía: “Mi iglesia es la única cosa que te salvará”. La otra decía: “Mi templo o pagoda es la única cosa que vale la pena”. Los grandes maestros no deseaban promover la causa de ninguna religión, comunidad o iglesia en particular, sino que querían provocar esa religión que es la religión de la humanidad, que se levanta sobre todas las divisiones. Ese servicio es de gran importancia, que no le quita su religión, sino que pone una nueva luz sobre la religión que una persona tiene, y le hace una persona más tolerante mediante la comprensión del ideal de los otros.

Continuará…

Traducido por Inam Rodrigo Anda

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.