Hazrat Inayat: El problema de hoy  pt IX

Continuando con su tema de la solución al problema de hoy, ahora Hazrat Inayat Khan considera los conceptos de lo correcto y lo incorrecto, y las cuestiones asociadas a los tribunales y el castigo. La publicación anterior de la serie está aquí. 

Muy a menudo el hombre pasa por alto que puede haber algo de maldad oculta bajo lo que él llama bien. A veces una acción es una causa y a veces una acción es un efecto. A menudo, una acción que es un efecto y que parece mala puede tener detrás una causa que, si se conociera, uno la consideraría buena. Si uno viera con claridad dentro de cada acción, pensamiento y palabra, vería mil pétalos alrededor y dentro de ella, que son quizás muy diferentes de lo que parece por fuera. 

Con mucha frecuencia las personas más inocentes de este mundo son acusadas de alguna falta, y a menudo las más malvadas, por su apariencia externa hacen que todo lo que hagan sea aparentemente bueno. Por lo tanto, no está en el poder de cada hombre juzgar a otro. El hombre ordinario no puede juzgar, aunque está listo para juzgar, y el que llega al estado de comprensión de la vida, de modo que puede juzgar, o tiene el derecho de juzgar, entonces se abstiene de juzgar. 

En el momento actual del mundo, los abogados están siempre en aumento; el número de abogados es cada vez mayor y nunca es suficiente para las necesidades de la humanidad. La luz es necesaria para decir lo que hay en el corazón del hombre, cómo una persona está hablando, mientras que un abogado sigue haciendo lo correcto de lo incorrecto y lo incorrecto de lo correcto, y el que está afectado se queda sin palabras porque no conoce la ley hecha por el hombre. El hombre está totalmente en manos de la ley, si la ley es favorable o desfavorable, si el abogado ha entendido el caso o no lo ha entendido. El abogado no es un psicólogo, no conoce el interior del corazón. Sobre el caso, lo que conoce son los signos exteriores, que no valen nada cuando una persona siente la verdad interior de un caso verdadero. En la mayoría de los casos, el interior es contrario a su apariencia exterior, y el caso se juzga en el tribunal a partir de su apariencia exterior. De esta manera se ha convertido en una profesión. 

Las personas con riqueza son en su mayoría víctimas de los abogados. El tribunal es el lugar donde se debe gran parte de su riqueza. Si se le muestra una pequeña cosa al abogado, éste puede convertirla en una montaña a partir de un grano de arena. Si se trata de una cosa que el sentido común puede juzgar en un momento, debe tardar un año; si es el caso de una persona rica, debe tardar mucho más. Se pueden contratar muchos testigos, y muy a menudo, al final gana quien tiene alguna influencia, quien tiene alguna fuerza para luchar, quien tiene los medios; y a menudo los medios se convierten en su enemigo y el caso se prolonga porque es rico. La consecuencia es que cada vez hay más cárceles, más personas acusadas de delitos, que tienen esa impresión en sus almas, en sus mentes. 

El interés que tienen los periódicos en publicar una pequeña falta a todo el mundo, con todo tipo de exageración y ridiculización, es de lo más lamentable – pensar que en esta época de la evolución humana deba existir tal tendencia en el género humano. En cada corte el reportero está esperando conseguir alguna noticia sensacional, para sacar ante la humanidad el ridículo y la risa, sin tener en cuenta el respeto debido al individuo, y a través de eso, demostrando la falta de respeto a la humanidad. Por ese rigor de la ley y por la actividad judicial cada vez mayor, ¿creen que el mundo está mejor? Está peor, porque ese sentido de la caballerosidad, ese sentido del honor que está en el hombre con claridad de conciencia, que guía la vida del hombre – todo se embota, cuando se encuentra en la multitud donde no hay sentido de la dignidad del ser humano. 

Continuará… 

Traducido por Inam Anda