Afinación Interior
Hace unos pocos días esta corta publicación hablo acerca del descubrimiento de nuestra nota clave, un descubrimiento que permite la armonía en nosotros, y permite la posibilidad de armonizarnos con todos a nuestro alrededor. Como se esperaba, surgieron preguntas de los lectores, siendo una muy razonable: ¿cómo encuentra uno esa nota clave? Y otra pregunta fue: Hazrat Inayat Khan habla sobre ritmo, ¿estar en el ritmo apropiado, tiene algo que ver con estar “en tono”?
En un sentido, ritmo y tono no se pueden separar fácilmente, pues ambos son el efecto del movimiento, y es el grado o la frecuencia lo que determina que usemos un término o el otro. Pero frecuentemente cuando Hazrat Inayat Khan habla de ritmo, se refiere a los tres grados de actividad de la energía que en la filosofía hindú se llaman los “gunas”: uno, llamado “sattva” es muy fino; un segundo, rajas, es más activo y definido; y el tercero, tamas, es muy tosco y denso. Estos ritmos tienen su efecto en la condición interior: sattva es muy pacífico y meditativo; rajas es progresivo y útil en el sentido mundano; y tamas es pesado y embotado en su efecto. Si pensamos en esto, con seguridad podemos observar estos “gunas” o ritmos en nosotros mismos, cambiando a través del día; hay momentos en lo que sentimos, tal vez, una elevada tranquilidad, otros momentos en que podemos sentirnos activos y aun otros momentos en que nos sentimos sumidos en el letargo. A través de estudiarnos a nosotros mismos podemos aprender muchísimo sobre las causas de estos ritmos y sus consecuencias. Más que eso, es posible redireccionarnos a nosotros mismos de un ritmo a otro, y esto afectara ambas nuestra vida interna y la externa, incluyendo nuestra salud física.
Sobre nuestra afinación interior, el descubrimiento de nuestra nota clave, o “sa” para emplear el termino musical indio (el equivalente al “do” en el sistema de solfeo), depende de escuchar cuidadosamente y ensayar repetidamente, tal como se hace al afinar la voz física. Alguien que quiere realmente cantar debe invertir horas y horas todos los días pacientemente para desarrollar control y flexibilidad de la voz. Desarrollar nuestra nota clave, o en términos Sufís, podríamos decir convertirse realmente en una “persona”, debemos pacientemente escuchar nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones, pero no con nuestro ego – debemos tratar de escuchar con nuestro corazón. Si lo que pensamos, decimos o hacemos deja al corazón sintiéndose muerto, entonces obviamente se requiere más afinación. En este proceso, podemos llegar a descubrir que el corazón no vibra como debiera porque está cargado, por ejemplo, de pensamientos egoístas. Entonces tratamos de dejar caer esa carga, para que con el tiempo el corazón se convierta en un espacio libre, vacío, acogedor, listo para resonar con la nota clave que estamos aprendiendo a entonar.
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel