Nargis Jessie Dowland (1866-1953) era una discípula inglesa de Hazrat Inayat Khan, y recientemente publicamos aquí un discurso dado por el Maestro después de una iniciación. En esta entrega ofrecemos un breve pasaje de su libro “At the Gate of Discipleship”.
Aniquilación
La aniquilación tiene un significado diferente para el místico al que tiene para la persona del común, para cuya mente esta palabra presenta una imagen de la destrucción y la muerte de todo. Incluso el nirvana del budista se ha representado así. Un caminante del sendero de la sabiduría entiende la aniquilación en el sentido místico, y para él significa el logro de una dicha como el mundo nunca lo podría saber. Porque a la luz de esa visión, todo se desvanece en la nada, incluso el yo personal queda completamente olvidado.
En realidad significa la aniquilación de las barreras que rodean el alma por todos los lados y que son la causa de la sensación de separación, exilio e inquietud. Y su eliminación le permite al alma encontrar su verdadero hogar, convertirse en una con el todo al que pertenece, fundirse y formar parte de esa vida más plena, más grande y más profunda en la cual es libertad perfecta. En otras palabras, significa perfección absoluta.
Esta unión mística del alma con Dios ha sido experimentada por santos de todas las religiones. En todas las eras, la experiencia interna es la misma, aunque su expresión externa puede ser diferente para cada alma.
Para los amantes de Dios, el éxtasis del gozo está en la rendición del yo. Incluso un amor terrenal no estará completo mientras que un solo pensamiento de uno mismo permanezca como una barrera entre el amante y el amado.
La perfección no se puede experimentar hasta que las barreras entre el alma y Dios hayan sido aniquiladas.
La oración de Jesús por sus discípulos fue, “Que todos puedan ser Uno, como Tú, Padre, estás en mí y yo en Ti”. *
* Juan 17:21
Traducido por Juan Amin Betancur