Shankaracharya: Suma joya de la sabiduría
Hemos presentado antes algunos apartes de la sabiduría de Shankaracharya y más recientemente aquí, donde también hay alguna información sobre este reformador místico de la India. En este poema, toca el mismo tema que Mevlana Rumi en el poema citado aquí y discutido más adelante aquí.
Nacer como ser humano es valioso y raro
ya que sólo el ser humano tiene la discriminación y el libre albedrío necesarios
para aspirar a un propósito superior.
La Realidad Suprema no puede ser entendida estudiando las Escrituras;
una vez que se entiende la Realidad Suprema, el estudio de las Escrituras no tiene sentido.
No puedes alcanzar a Dios repitiendo la palabra Dios.
Nadie puede liberar a otro de la esclavitud, solo puedes liberarte a ti mismo.
Entre todos los factores de la vida religiosa,
la devoción a Dios es suprema.
El conocimiento más elevado es conocer la unidad
del Ser individual (Atman) y del Ser universal (Brahman).
Atman es no creado y eterno, habita en el cuerpo,
pero no depende de la existencia de un cuerpo.
Conocer a Brahman es conocer el Ser,
y conocer el Ser es conocer a Brahman.
El conocimiento intelectual y el conocimiento directo de la Realidad Esencial
son tan diferentes como los fantasmas en un sueño y la realidad despierta.
El Verdadero Ser es la realidad inmutable en el centro de un sueño cambiante;
por lo tanto, fija tu mente sólo en el Ser Verdadero.
El Verdadero Ser permanece siempre igual,
a pesar del karma y su efecto, la edad y la muerte;
sólo tu percepción de eso cambia.
Nacer como ser humano,
tener un anhelo por Dios,
encontrar un verdadero Maestro,
y poder conectar en meditación,
son todos los regalos de la gracia de Dios.
Tú eres el Ser, la Esencia infinita,
la Conciencia pura e inmutable, que lo impregna todo.
Tu naturaleza es dicha y tu gloria es sin mancha.
Porque te identificas con el ego,
estás atado al nacimiento y la muerte.
Tu yugo no tiene otra causa.
El tonto piensa: “Yo soy el cuerpo”;
el hombre inteligente piensa: “Soy un alma individual unida al cuerpo”.
Pero el sabio, en la grandeza de su conocimiento y discernimiento espiritual,
ve al Ser como la única realidad y piensa: “Yo soy Brahman”.
A medida que la mente se establece gradualmente en el Ser,
en la misma proporción renuncia al deseo de objetos externos.
Cuando todos esos deseos han sido eliminados,
existe la realización sin obstrucciones del Ser.
Esa Realidad es Una;
sin embargo, debido a la ilusión, parece haber múltiples nombres y formas, atributos y cambios,
Ella siempre permanece inmutable.
[Es] como el oro que, sin dejar de ser uno, toma forma en diversos ornamentos.
Tú eres ese Uno, ese Brahman.
Medita sobre esto en tu mente.
Traducción de la versión en inglés por Juan Amin Betancur