Cuentos: Bahlul y la comida del Califa
Algunos decían que Bahlul era un tonto, pero el gran Califa Harún al Rashid no estaba tan seguro. Él sospechaba que Bahlul era una de esas almas iluminadas que se disfrazan bajo la apariencia de la locura. Así pues, un día, quizá esperando recibir algunas bendiciones, el Califa envió a Bahlul comida de su propia mesa.
El sirviente que llevaba el obsequio encontró a Bahlul en un cementerio desierto. Su única compañía era un perro callejero.
“Esta es la propia y especial comida del mismísimo Califa”, dijo el sirviente, poniendo el regalo ante Bahlul. “Él la ha enviado especialmente para ti”.
Sin mediar palabra, Bahlul dejó la comida y la colocó ante el perro que estaba sentado a su lado.
El sirviente estaba escandalizado. “¿Qué?”, reclamó. “¿Le das la comida del propio Califa a un perro?”.
“¡Silencio!”, dijo Bahlul. “Si el perro escucha que esta es la comida del Califa, tampoco se la comerá”.
Traducción por Vadan Juan Camilo Betancur