Cuentos: Amistad con un oso
Existió hace mucho tiempo, un hombre que desarrolló una amistad con un oso. Un sabio trató de prevenirlo, diciéndole “Piénsalo de nuevo, hermano. Toda asociación tiene una consecuencia,” pero el hombre no le prestó atención. “El oso es completamente fiel a mí,” dijo. “Jamás he tenido un amigo tan bueno. Somos felices el uno en compañía del otro. ¿Qué consecuencia tendría yo que temer?” Y el otro simplemente movió su cabeza y no dijo nada más.
Un día, el hombre y el oso estaban paseando por un bosque. Era un caluroso día de verano y el hombre empezó a sentir deseos de descansar. Entonces le dijo al oso, “Ahora voy a reposar bajo este árbol y dormir. Vigila, y asegúrate de que no me pase nada.”
El oso era muy consagrado a su amigo, y así, mientras el hombre se quedó dormido, se sentó a su lado vigilando fielmente. Sin embargo, pronto notó que una mosca estaba zumbando alrededor de su amigo.
Espantó la mosca con su enorme pata, pero rápidamente regresó.
De nuevo el oso agitó su pata. La mosca salió disparada por un segundo y luego de nuevo comenzó a dar vueltas sobre la cabeza del hombre.
Enfadándose, el oso golpeó una y otra vez a la mosca zumbadora. Y cada vez el insecto voló fuera de su alcance, solo para regresar una vez más a bailar cerca de la cabeza del hombre que dormía.
El oso estaba ahora furioso. ¿Cómo podía esta insolente mosca atreverse a amenazar el sueño de su querido amigo?
Entonces la mosca llegó incluso hasta aterrizar en la cabeza del hombre, ¡y el oso vio su oportunidad! Con toda la fuerza con la que podría arrancar la corteza de un roble, golpeó con su gigante pata a la mosca.
La mosca, desde luego se fue danzando ilesa, pero el hombre se despertó con un chorro de sangre bajando por su cara.
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel