Tales : How Bhima learned humility (Spanish version)

Cuentos : De cómo aprendió Bhima la humildad 

Hace mucho tiempo, en los tiempos relatados en la gran epopeya del Mahabharata, el rey Pandu tenía cinco hijos, los Pandavas. Cada hijo tenía cualidades especiales, y entre ellos Bhima era conocido por su tremenda fuerza física. Era tan fuerte que nadie se atrevía a oponérsele, y como consecuencia se volvió cada vez más arrogante. 

El Señor Krishna vio la arrogancia de Bhima y supo que le estaba haciendo daño, por lo que solicitó la ayuda del Señor Hanuman, el divino rey de los monos, para que hiciera entrar en razón a Bhima. 

Así pues, un día, cuando Bhima caminaba por un bosque, portando su poderosa maza de combate, su pie tropezó con algo en el camino. Mirando más de cerca, descubrió que parecía una cola, y cuando siguió la cola hacia los arbustos, descubrió que pertenecía a un viejo mono sentado acurrucado bajo un árbol. 

“Oh mono -dijo Bhima-, mueve la cola. Quiero pasar por aquí” 

Pero el mono respondió: “Soy un mono viejo y no me encuentro bien. No tengo fuerzas para mover la cola. Pero tú pareces fuerte. Puedes mover mi cola”. 

Bhima se enfadó y dijo: “¡No tocaré tu asquerosa cola! Debes moverla de inmediato”. 

Pero el mono volvió a decir: “Estoy demasiado viejo y enfermo para mover la cola. Muévela con tu maza, si no quieres tocarla con la mano”. 

¿Y si mi maza te rompe la cola? preguntó Bhima. 

El mono se rio. ¿Y si mi cola rompe tu maza? 

Bhima se puso furioso y blandiendo su maza -que ningún hombre ordinario podría levantar- dio un fuerte golpe a la cola, un golpe que podría haber movido a un buey, pero para su asombro la cola permaneció donde estaba. Lo intentó de nuevo, pero sin resultado. La cola no se movió. Entonces Bhima metió la maza bajo la cola y trató de hacer palanca para sacarla, pero después de sudar y esforzarse mucho, lo único que consiguió fue encajarla con fuerza bajo la cola, y necesitó todas sus fuerzas para liberarla de nuevo. 

“Oh, mono”, dijo Bhima, jadeando por el esfuerzo, “no eres lo que pareces. Por favor, preséntate”. 

Y entonces el mono creció de repente, y volvió a crecer, hasta que se reveló como el enorme y poderoso rey mono. “Soy Hanuman, el devoto de Lord Ram. ¿Te atreves ahora a mover mi cola, oh Bhima?” 

‘Perdóname, oh poderoso Hanuman,’ dijo Bhima. ‘Veo que he caído en la arrogancia, pero por tu gracia enmendaré mi camino’. 

Y a partir de entonces, aunque conservó su fuerza, el carácter de Bhima se volvió mucho más humilde. 

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