Cuentos: Cómo aprendió zen el cuentacuentos
Sucedió una vez, hace mucho tiempo, en Japón, que había un cuentacuentos famoso por su habilidad. Los que escuchaban sus historias parecían experimentar los sucesos como si los vivieran: sentían la pasión del amor, el drama de la guerra, la emoción de la aventura, la tragedia de la pérdida, y así sucesivamente. El cuentacuentos se llamaba Encho.
Un día, Encho conoció a un estudiante zen llamado Yamaoka que estaba cerca de la iluminación total. Yamaoka le dijo a Encho: “Tienes una gran habilidad como cuentacuentos; me pregunto si podrás contarme la historia del Niño Melocotón que mi madre solía contarme cuando yo era pequeño. Pero debes contármela como ella lo hacía”.
Encho no se atrevió a empezar. Le pidió tempo a Yamaoka para prepararse.
Varios meses después, Encho se presentó ante Yamaoka y le dijo: “Por favor, dame la oportunidad de contarte la historia ahora”. Pero Yamaoka sólo dijo: “En otra ocasión”.
Encho estaba profundamente decepcionado, pero siguió reflexionando sobre la historia. Volvió a presentarse, y de nuevo Yamaoka no quiso escuchar. Muchas veces, mes tras mes, vino Encho pidiendo contar la historia del Niño Melocotón, pero Yamaoka sólo le dijo: “Aún no eres como mi madre”.
Le tomó a Encho cinco años de estudio ser capaz de contar la historia como la madre de Yamaoka la había contado.
De esta manera, Yamaoka le impartió zen a Encho.
Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J.