Cuentos : Ponerse perfume
Existió una vez una mujer que había llegado muy lejos en el camino de la Verdad. Había sacrificado todo en su camino, y la Divina Compasión había generosamente extendido la alfombra de bienvenida frente a ella.
Bendecida con comprensión y sabiduría, muchos estudiantes buscaban la compañía y consejo de la mujer. Así sucedió que un día un hombre desconocido para su círculo de asociados se presentó ante ella y dijo:
“Madre, honestamente debo admitir que he vivido una vida terrenal, pero desearía dejar eso atrás. Sería sabio utilizar el tiempo que me queda en esta vida en la búsqueda de Dios. Todos dicen que estás entre Sus íntimos amigos. Te suplico que me unjas con el perfume de tu espíritu para que pueda entrar a los Jardines del Paraíso”.
La mujer permaneció en silencio por un momento y finalmente dijo, “¿Quién se aplicaría perfume si aún no se ha bañado? Los aceites esenciales no pueden ocultar el hedor de los errores. Primero ve y friégate bien. Cuando hayas limpiado tu mente y corazón, puedes regresar.”
Traducido por Darafshan Daniela Anda