Cuentos: Rendición
Sucedió una vez que cierto viajero, cruzando el desierto en camello, descubrió lo que parecía un cuerpo tendido en la arena. Al acercarse descubrió que era su viejo amigo, mulá Nasrudín, acostado boca abajo con los brazos extendidos.
“¿Estás bien mulá?” preguntó el viajero con preocupación.
“Si”, dijo Nasrudín sentándose, “estoy bien, gracias a Dios”.
“Pero ¿qué estás haciendo aquí?”
“Estoy practicando la rendición. Es la esencia del entrenamiento espiritual”.
El hombre miró confundido el monótono desierto. “Pero mulá”, dijo, “no hay nadie aquí. ¿A quién te rindes? ¿No sería mejor hacerlo en nuestro pueblo?”
“Ciertamente no”, dijo Nasrudín con firmeza, “Cuando te rindes en nuestro pueblo, todos se aprovechan de ti”.
Traducido por Inam Rodrigo Anda