Cuentos: El saludo de Tansen
Tansen (c. 1500-1586 CE) fue un compositor, músico y vocalista de la India supremamente talentoso, más conocido en el mundo por su posición como uno de los ‘Navaratnas’ (nueve joyas) en la corte del emperador mogol Akbar. Sus composiciones son hoy fundamentales en la música Clásica del Norte de la India, y cuando el Nizam de Hyderabad quiso honrar a Hazrat Inayat Khan lo llamó ‘el segundo Tansen’.
A pesar de su importante influencia, sin embargo, poco se conoce con certeza sobre la vida de Tansen. Fue discípulo, musical y espiritual, de Swami Haridas, y también fue cercano al místico Sufi y músico Mohammad Ghaus de Gwalior. Existen historias de milagros — que al cantar Raag Malhar, tradicionalmente asociada a la época de monzones, Tansen trajo la lluvia, y que al cantar Raag Dipak, asociada con el fuego, todas las lámparas en el palacio se encendieron. El siguiente relato, contado por Hazrat Inayat Khan, parece poner a la historia al revés porque tiene a Tansen yendo de la corte de Akbar al reino de Rewa, cuando la mayoría de las fuentes señalan que la carrera profesional de Tansen comenzó en Rewa y de allí partió a la corte de Akbar. Pero cuando un Sufi cuenta un relato, no pretende enseñarnos historia, sino que tiene otro propósito — como nos lo demuestra claramente este cuento.
Cuando Tansen, el gran cantante, dejó la corte, herido por el comentario del emperador Akbar, fue a Rewa, un estado en el centro de la India. Cuando el maharaja de Rewa escuchó que Tansen venía, quedó perplejo pensando de qué manera podía honrarlo.
Se envió una silla para Tansen, para traer lo al palacio, y cuando llegó allí, Tansen esperaba encontrar al maharaja por lo menos para recibirlo en la puerta. Así que, tan pronto como descendió de la silla dijo, “¿En dónde está el maharaja?” y el hombre a quien le preguntó contestó, “¡Aquí está el maharaja!” señalando a uno de los que habían cargado la silla a través de la ciudad.
Tansen quedó muy conmovido, y dijo, “No podía haberme dado una mayor recompensa.” Desde ese día Tansen lo saludó con su mano derecha, diciendo, “Esta mano no saludará nunca a nadie más en mi vida.”
Y así fue. Tansen no saludaría ni siquiera al emperador con su mano derecha. Tal era la valoración, tal el reconocimiento del talento en la India antigua.
Traducido por Darafshan Daniela Anda