El precio de una carta
Sucedió una vez que un hombre llegó a casa de mulá Nasrudín a altas horas de la noche y le pidió que escribiera una carta para él.
“Sabes que soy un hombre pobre, mulá”, dijo el hombre, “así que no me cobres demasiado por esto. ¿Qué te cuesta escribirla? Hazlo como un favor a Dios. Él seguramente recompensará tu amabilidad”.
El mulá ya se estaba alistando para ir a la cama, y no estaba muy entusiasmado de escribir una carta, y entonces, mientras rebuscaba sus materiales de escritura bajo la luz de la lámpara, le dijo al hombre: “Bueno, eso depende. ¿A dónde va la carta?
El hombre miró al mulá con asombro. “¿A dónde va? A Estambul. ¿Qué tiene que ver con esto?”
“Ah, bueno”, dijo el mulá, “el problema es este, mi amigo. Como un favor a Dios, escribiré la carta gratis y si Él me recompensa o no, es asunto suyo. Pero debo decirte que mi escritura es puramente mía, y que nadie más puede leerla. Así que debo ir con la carta para leerla al destinatario. ¡Y si tengo que viajar hasta Estambul, tendrás que pagar mi viaje!”
Un momento después, el visitante se había ido, y la lámpara del mulá se había apagado.
Traducido por Juan Amin Betancur
Magnífico Nasrudin? Picardia y gran humor. Me encanta