Cuentos: La corona de sandalias
Enseguida otro cuento sobre el santo sufí Hazrat Nizamuddin Auliya, y esta vez nos habla sobre la devoción inspirada en el corazón de su amado estudiante Hazrat Amir Khusrow.
Hazrat Amir Khusrow fue el discípulo más amado de Hazrat Nizamuddin Auliya. Él era el único que podía entrar en la habitación de su murshid en todo momento del día. También fue un cortesano al servicio de varios sultanes sucesivos.
Una vez, al final de una exitosa campaña en Bengala, Hazrat Amir solicitó permiso al sultán para regresar a Delhi y visitar a su murshid. Se le concedió el permiso y regresó con camellos y caballos cargados de riqueza.
Cuando se acercaba a Delhi, ocurrió un suceso extraño. Mientras se hospedaba en una posada, Hazrat Amir de repente exclamó: “¡Ha llegado el perfume de mi jeque! ¡El perfume de mi jeque ha llegado!”.
Comenzó a hacer averiguaciones y, por fin, descubrió en la posada a un hombre pobre que regresaba a casa desde Delhi y que había ido a pedir limosna a Hazrat Nizamuddin Auliya. En el momento de su visita, sucedió que realmente no había nada en la kanka, por lo que el jeque le dio al hombre sus propias sandalias para que no se fuera con las manos vacías. No hace falta decir que el hombre se sintió decepcionado por haber dejado Delhi con tan solo un viejo y gastado par de sandalias.
Sin embargo, la buena fortuna del hombre se reveló cuando Hazrat Amir se ofreció a comprar las sandalias y las pagó con sus caballos y camellos y toda la riqueza que llevaban. Hazrat Amir Khusrow luego regresó donde su murshid, llevando las sandalias en su cabeza como si fueran una especie de corona.
Cuando le preguntó cuánto había pagado por esas sandalias, Hazrat Amir respondió: “He entregado toda mi riqueza”. Hazrat Nizamuddin dijo: “¡Las compraste baratas!” Hazrat Amir Khusrow afirmando, añadió: “¡Y si hubiera sido necesario, las habría pagado con mi vida!”
Traducido por Juan Amin Betancur