¿De verdad se requieren dos?
Cuando Hazrat Inayat Khan vino a occidente, entre las muchas diferencias culturales que encontró, hubo un malentendido sobre la existencia de armonía en la música oriental y la occidental. La música occidental, con mucha frecuencia es polifónica, lo que significa que hay varias “voces” – humanas o instrumentales – sonando al mismo tiempo. Cualquiera que ha cantado en un coro conoce la emoción de estar inmerso en una serie de acordes musicales vivos, sintiendo las diferentes partes vibrando a su alrededor. La música clásica india, por otro lado, es monofónica: un cantante o un instrumentista interpreta solo, apoyado únicamente por una tambura que suena con las notas básicas de la raga. Debido a esta diferencia, Hazrat Inayat se sorprendió al descubrir que algunos occidentales asumían que no había armonía en la música india.
Esto, por supuesto, es un malentendido de “armonía”. Hay, por ejemplo, algunas personas que tienen dificultad al cantar – y si uno les pide que canten, incluso una sencilla canción infantil, lo harán de forma inarmónica; algunas notas estarán “mal” o fuera de armonía con la estructura de la melodía, y no necesitamos escucharla cantada “correctamente” para darnos cuenta de esto.
Lo mismo es cierto para asuntos espirituales. Tendemos a pensar que armonía tiene que ver con la interacción entre individuos. Podemos decir, “esa es una familia armoniosa, se llevan muy bien juntos”, o “fue una reunión muy discordante, ¡todos discutían!” La premisa asociada es que, si sólo fuéramos más abiertos el uno al otro, podríamos encontrar alguna consonancia, algún acuerdo. Sin duda hay algo de verdad en esto – pero si no estamos en armonía con nosotros mismos, será muy difícil encontrar armonía con los demás.
Y, ¿cómo se encuentra armonía con uno mismo? Debes comenzar por encontrar tu nota clave. Aquí nuevamente hay una clara diferencia entre la música oriental y la occidental. En occidente, la nota clave está estandarizada. La nota “La” es típicamente 440 Hercios, y antes de que una orquesta comience a tocar, todos los instrumentos deben afinarse juntos a esa nota. Sin esta preparación, no habría armonía y la música sería imposible de escuchar. En la música india, un estudiante practica por años para aprender y desarrollar su propia y personal “Sa” o nota clave. Sin aprender esto, el estudiante nunca podría producir armonía.
Mucha de la desarmonía del mundo existe porque nosotros, individuos, no hemos encontrado nuestra propia nota clave, nuestro propio tono básico. Si no somos conscientes de nuestra nota clave, sintonizándonos con las demandas de una situación, como inevitablemente debemos hacerlo cada momento de nuestras ajetreadas vidas, nos dejará sintiéndonos insatisfechos, y tarde o temprano resultará en desarmonía. Si hemos encontrado nuestro tono fundamental, tendremos una certeza interior, una convicción, que nos ayudará a adaptarnos a todas las demandas de la vida.
Traducido por Inam Rodrigo Anda.