Hazrat Inayat: Generosidad con nuestros Enemigos
En publicaciones recientes hemos estado examinando las enseñanzas de Hazrat Inayat Khan en lo que puede ser llamado “las leyes de la vida”, siendo la última sobre la aplicación de la ley de la generosidad en nuestro trato con los amigos. Aquí presentamos su charla sobre cómo la ley de generosidad puede ser aplicada a nuestros enemigos. Esto puede ser más desafiante para algunos lectores; primero, porque muchos pueden pensar que no tienen enemigos (mientras otros tal vez pueden ver enemigos en todas partes), y segundo, porque podemos tener dificultad en encontrar sentido a ser amables o tolerantes hacia alguien que nos produce animadversión.
La diferencia entre la ley de reciprocidad y la ley de generosidad es que en la primera una persona tiene justificación para dar lo mismo que recibe, y en la segunda se supone que toleremos y perdonemos y mostremos amabilidad, para que el enemigo llegue a convertirse en amigo. Hay casos en los que no podemos mostrar amabilidad; y sin embargo podemos ser tolerantes. Hay casos en los que no podemos perdonar; y sin embargo, la venganza, para un ser humano no es algo natural. Se puede pasar por alto las faltas de los demás; y a través de eso daremos menos oportunidad de desacuerdo y más aún menos oportunidad de enemistad.
Además, algunos piensan, “siendo amables con nuestros enemigos, los incentivamos en su tiranía”. Pero en la medida que tengamos amabilidad en nuestros corazones, en lugar de endurecer la naturaleza de nuestros enemigos, esto la ablandará, porque recibimos todo lo que damos. Una palabra amable en respuesta a una palabra no amistosa, una acción amable en respuesta a una cruel, un pensamiento amable en respuesta a un pensamiento malévolo causa una impresión mucho mayor que medida por medida.
El hierro que no puede ser quebrado por martillos puede ser fundido por el fuego. El amor es fuego; la bondad es su expresión principal, y si una persona desarrolla esto suficientemente en su corazón, puede más temprano o más tarde transformar a un enemigo en su amigo. Es principalmente la falta de amabilidad de nuestra parte lo que causa la enemistad alrededor; y culpamos a los enemigos y nos horrorizamos por lo numerosos, luego culpamos al mundo y su naturaleza y su vida; y cuando la creación ha probado ser culpable en la mente de una persona, entonces ¿cómo puede el Creador mantenerse libre de culpa? Luego esa persona piensa que solo ella está libre de culpa, y que todo lo demás es censurable; y su vida se convierte en una tortura; piensa que no vale la pena vivir. Se vuelve santurrón, y le parece que todos estuvieran en su contra.
Es siempre sabio evitar toda ocasión de causar enemistad y realizar todo esfuerzo para transformar a cualquier enemigo, aun una persona ofendida en el mínimo grado, aun una persona que ligeramente te malinterpretó, o que tal vez se sintió contrariada contigo, en un amigo de nuevo; no en aras de tu propia felicidad o la de la persona, sino por el bien del buen principio, por el beneficio material. Porque por muy pequeño que sea un enemigo, puede causarte un gran dolor o sufrimiento, y por muy pequeña que sea la amistad que tienes con una persona, podrá ser muy útil algún día. Y aparte de todos los beneficios materiales, sentir, “Esa persona esta contenta conmigo, tiene buena disposición hacia mí, ya no es mi enemigo” es en si mismo un gran beneficio.
Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel