Hazrat Inayat: Buda
El servicio del Culto Universal ofrece respeto sincero a varias religiones del mundo, y obviamente nuestra reverencia tendrá más sentido si tenemos algún conocimiento de las enseñanzas de cada creencia. Aquí, Hazrat Inayat Khan habla sobre Buda, señalando que para el sufí, lo que Buda representa es la posibilidad inherente de logro en cada ser humano. La palabra ‘buddhi’ es aquí traducida como ‘razón’, pero otras posibilidades incluyen ‘intuición’, ‘conocimiento’ o ‘inteligencia pura’.
Buda fue el título de Gautama. Fue llamado Buda porque su espíritu expresaba el significado de la palabra ‘buddhi’. La palabra Buddhi en sánscrito significa razón. En la terminología budista al ‘Espíritu de Guía’ se lo llama Bodhisattva, que significa la esencia de la razón. La razón en su esencia es de forma líquida, es la crema de la inteligencia. Cuando se cristaliza, se vuelve rígida. Frecuentemente ‘intelectualidad’ se refiere al conocimiento conformado por razones, la mayoría de ellas de carácter rígido. La razón fina es sutil; mientras más fina la razón, más difícil explicarla con palabras. Es por eso que las personas con razón fina no pueden ponerla en palabras. La razón en su esencia es el fondo de la inteligencia. La inteligencia ‘sabe’, no porque ha aprendido – sabe porque ‘sabe’. En esta razón más elevada, El ‘Espíritu de Guía’ es concebido y todos los grandes profetas han bebido de esta fuente de razón.
En las enseñanzas del verdadero Budismo, Buda nunca ha sido considerado una personalidad exclusiva. Buda ha sido conocido por los budistas que han entendido su Mensaje correctamente como un hombre que alcanzó la comprensión de esa esencia de la razón en la que está el cumplimiento del propósito de la vida.
Venerar a Buda no significa que los budistas veneran la personalidad de su maestro espiritual; sólo significa que si hay algún objeto que más merece ser venerado, es el ser humano, es la persona de cuyo corazón la esencia de la razón, Buddhi, ha nacido como un manantial. Mediante este conocimiento, ella reconoce la posibilidad de cada alma de alcanzar esa felicidad, cualquiera que sea su grado de evolución, confiando en que el ser más profundo de toda alma es divino.
La miel de la vida es la esperanza. Si el conocimiento de Dios no da esperanza de alcanzar la felicidad divina que se logra en la vida, el conocimiento no sirve. El hombre puede creer en Dios por años y aun así no beneficiarse de la felicidad espiritual, porque la felicidad espiritual no está solamente en creer, sino en conocer a Dios.
Buddhi, que es el razonamiento sutil, es el sendero que conduce a la meta. Su ausencia mantiene a una persona en la oscuridad. Así como el sol es la fuente de luz que externamente muestra cosas en la vida, así Buddhi es la fuente interior de luz que permite a la persona mirar la vida claramente, interior y exteriormente. El verdadero objetivo de los discípulos de Buda ha sido no adherirse a Buda, a su nombre o su ideal, sino ponerlo en frente de ellos como un ejemplo; su idea es el secreto del Sufismo.
Traducido por Inam Rodrigo Anda