¿Política?
Es una pregunta que ha venido recientemente – de una forma u otra– de más de un país: Aquí hay una situación política difícil; Nuestra sociedad se ha vuelto muy dividida, ¿qué nos pueden decir las enseñanzas sufíes?
La raíz fundamental del sufismo es la «unidad», una unidad viva que puede ser trazada por un corazón despierto a través de todas las distinciones y diferencias que dividen y unen y dividen de nuevo, como los canales trenzados de un gran río que fluye a través de un delta hasta el mar. Alguien con los ojos abiertos podría decir, este canal y ese otro, ambos son agua de la misma fuente – pero también deben ver que cada canal tiene sus propias características. Aquí, podrían decir, el agua es clara, y allí es fango. Prefiero bañarme en esta corriente clara.
El Mensaje Sufí es un llamado a unir al mundo para ayudar a elevar a las diferentes facciones por encima de sus intereses limitados. Por respeto a este principio, a la organización del Movimiento Sufi se le prohíbe en sus Estatutos de constitución tener cualquier afiliación política. Al mismo tiempo, como muestra el ejemplo del agua, la persona perceptiva no puede evitar notar las diferencias, y debe actuar en consecuencia. Para dar otro ejemplo, uno podría decir: “bueno, toda luz es luz, el color no es importante”, pero para un conductor que se aproxima a una intersección, la diferencia entre la luz roja y la luz verde es muy importante y requiere una acción urgente.
El Mensaje es más amplio que cualquier vida individual, más abarcador que cualquier grupo particular o creencia exclusiva – pero los estudiantes del Mensaje viven cada uno en un marco distinto de circunstancias y limitaciones, y es su privilegio y su responsabilidad intentar hacer de Su ideal una realidad en la medida en que son capaces dentro de su esfera. Para algunos, puede significar buscar la armonía entre los miembros en disputa de la misma familia; para otros, puede significar alentar a grupos más grandes o naciones a superar su actitud y a aceptarse mutuamente. En algunos casos, eso puede significar una actitud humilde y acatada, y en otros casos, puede significar permanecer firme y resistir la voluntad de otro. Cuando Shamcher Beorse vino a conocer a un pequeño grupo de hippies e idealistas en Canadá hace más de cuarenta años, el encuentro fue un shock para los jóvenes en varios sentidos. Shamcher era un noruego que había sido un mureed de Hazrat Inayat Khan; era muy místico por naturaleza, pero también era pragmático y había experimentado el colapso de su país bajo la invasión nazi de la Segunda Guerra Mundial. Los canadienses que predicaban la paz estuvieron asombrados al saber que Shamcher trabajaba entonces como ingeniero en una fábrica que producía torpedos – pero como él dijo – “Si la gente de buena voluntad depone sus armas, la gente de mala voluntad les hará hacer lo que no quieren hacer.” Y en la misma conexión, Hazrat Inayat Khan una vez tuvo una interesante conversación con sus hijos. Debió ser poco antes de que dejara Occidente, y tal vez preveía algunas sombras en el futuro. Les preguntó a los niños: “¿Qué haréis si hay una guerra?” Vilayat, el hijo mayor, dijo: “Veré si es una guerra justa, y si es así, entonces lucharé”. Pero su padre respondió: “Hijo mío, has comido el pan de Francia; tú debes luchar las guerras de Francia. ”
No hay tal cosa como la política sufí, pero – dependiendo de sus circunstancias – los Sufís ciertamente pueden ser políticos. Ninguno de nosotros puede afirmar tener “la respuesta”, porque todos somos seres humanos limitados: lo mejor que podemos hacer es confiar en Dios y hacer todo lo posible para hacer realidad nuestro ideal.
Gracias Maestro muy oportunas estas reflexiones para los momentos que vivimos en nuestro pais.
Con el permiso de Nawab, una aclaración importante en el tercer párrafo, basándome en el original en inglés. Los Estatutos prohíben al Movimiento Sufi Internacional tener cualquier afiliación política, más NO se lo prohíbe a sus miembros o afiliados. Por esto creo que en el último párrafo de esta publicación – oportuna para muchas partes del mundo – , se abre la posibilidad de que los sufis puedan ser políticos, siendo conscientes de nuestra gran limitación, como seres humanos, de la posesión de la verdad. Esto también nos llama a ser muy cuidadosos de no expresar nuestro pensamiento político en nombre del Movimiento Sufi, o del Mensaje Sufi, o del sufismo, sino de nosotros mismos.
Gracias, Amin, muy bien aclarado. El camino Sufi es un camino interior. Obviamente sus enseñanzas afectan nuestro comportamiento externo, pero no nos obligan seguir dogmas de hacer o de no hacer cualquier cosa. Siempre es un asunto de la conciencia–y como se puede ver, hay un rango de conciencias en el mundo!