Acerca de la silenciosa gallina
Hace unos días publicamos un cuento en el que el siempre ingenioso, a veces sabio y a menudo tonto, mulá Nasrudín promocionaba la virtud de su gallina porque no parloteaba como un loro. Ella tenía la sabiduría, afirmaba Nasrudín, de guardar silencio acerca de sus maravillosos pensamientos. Por supuesto, como la gallina no dice nada, no tenemos forma de juzgar la calidad de su mundo interior, lo que nos podría recordar acerca del dicho que dice que es mejor guardar silencio y ser tomado como un tonto, que abrir la boca y ser confirmado como tal.
Existe una cualidad paradójica del silencio; las personas lo anhelan profundamente (aunque rara vez parecen conseguirlo) y aún así podríamos preguntarnos, ¿es posible anhelar la ausencia de algo? ¿No estamos en realidad anhelando lo que pueda revelarse cuando desaparezca la cortina de ruido y actividad que lo oculta?
En “The Nature Meditations” [Meditaciones de la naturaleza], hay una serie de frases dedicadas al silencio, como por ejemplo:
A través del silencio de la naturaleza,
alcanzo Tu divina paz.*
El refrán genera una atmósfera maravillosa, a pesar del hecho de que podríamos tener dificultades de encontrar el silencio en sentido acústico en la naturaleza. Aun en el desierto podemos escuchar al viento agitando suavemente los incontables granos de arena y nuestros propios pasos, respiración y latidos del corazón. Esto nos indica que el silencio que anhelamos no es el “aire quieto” que puede ser experimentado en cámaras con aislamiento sonoro, sino la ausencia de parloteo mental que permite el reconocimiento de algo más profundo.
Y ¿qué es lo que esperamos reconocer? Míralo tú mismo, retira tu atención de los mensajes de los oídos; deja de participar en la actividad de tus pensamientos; pon tu conciencia en tu corazón, – y espera.
Todo lo que esos momentos te revelan nunca será comunicado por loros parlanchines.
*”The Nature Meditations” es una colección de frases dadas por Hazrat Inayat Khan sobre diferentes elementos de la naturaleza, tales como árboles, flores, luz, paisaje y más. Están conectados con la respiración de modo que uno puede contemplar el objeto de concentración mientras coordina la respiración y el pensamiento. En la frase presentada arriba, la primera parte del pensamiento, “A través del silencio de la naturaleza”, sería sostenida silenciosamente en la inhalación y la segunda parte, “alcanzo Tu divina paz”, sería sostenida silenciosamente en la exhalación.
Traducido por Inam Rodrigo Anda