Are you on your own? (Spanish version)

¿Estás por tu cuenta? 

Suponemos que somos seres independientes, autónomos (excepto sobre todos los aspectos de la vida que no sabemos cómo controlar), y nos protegemos celosamente contra toda imposición exterior a nuestro “reino”. Al mismo tiempo, solemos estar perplejos sobre qué hacer con nuestra independencia, tanto en las grandes como en las pequeñas cosas de la vida. Puede que tengamos libre albedrío, ¿pero sabemos cuál curso de acción tomar? 

Las enseñanzas del sufismo nos dicen que la guía Divina  siempre está presente en todas las formas, en todos los seres: en madres, en padres, en niños, en amigos y maestros. Presuntamente esa misma guía también habría de encontrarse en algún lugar de nuestro interior; y sin embargo con frecuencia nos encontramos mar adentro sin tierra alguna a la vista, sin carta de navegación ni compás a bordo. ¿Hacia dónde virar, entonces? Teniendo nubes de tormenta en el horizonte, ¿dónde podemos hallar refugio para nuestra frágil embarcación? 

En uno de sus aforismos, Hazrat Inayat Khan dice: “Las almas que son conscientes de que su relación con Dios es la de un niño y sus padres son particularmente cuidadas. Siempre están siendo guiadas porque piden ser guiadas”. Antes de rechazar esta intuición con un encogimiento de hombros y un pensamiento como “algunas personas son bendecidas, pero no yo”, deberíamos mirar de nuevo. Este aforismo encierra la lección de que somos tratados de acuerdo con nuestra actitud.  

Aunque muchos repiten las palabras de la oración sufi, “llévame en tus paternales brazos”, no todos sienten que la divinidad sea indudablemente su padre amoroso. Algunos, cargados de culpa y autocrítica, esperan sentirse juzgados y condenados, si es que piensan en Dios. Otros dudan que Dios piense si quiera en ellos, tal vez debido a que ellos mismos nunca piensan en Dios. Otros, incluso, al luchar las batallas de la vida mundana (que enfrenta toda persona, pecadores y santos por igual), piensan que Dios tiene que estar disgustado con ellos, tanto como ellos lo están con su propia suerte en la vida.  

Dios lo es todo, y en la presencia divina podemos encontrar lo que busquemos (quien nos consuele, un Amigo, quien nos sostenga, un Sanador de nuestros sufrimientos), pero tenemos que superar nuestras dudas para hacer de nuestro ideal una realidad, pues la duda es la gota que mancha el brillante espejo de la consciencia. Y si deseamos escoger un ideal en el cual enfocarnos, no hay nada mejor que pensar en lo divino como nuestro padre, pues esto ayudará a despertarnos a su cuidado amoroso, y algún día nos permitirá encontrar al Espíritu de Guía hablando desde nuestro interior.  

Traducción por Vadan Juan Camilo Betancur G. 

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