Audio 139 About Broken Hearts (Spanish version)

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Sobre corazones rotos Audio 139

El sufismo, como todos lo saben, se trata del corazón. Muchas veces en conferencias que se convirtieron en las Gathecas Religiosas, Hazrat Inayat Khan describe el Sufismo como “la religión del corazón” y dentro de los seguidores del sufismo existe de hecho un respeto religioso por la imagen del corazón alado. Corazones con alas, algunos completados con la estrella y la luna creciente que son parte del símbolo sufí, están a nuestro alrededor por todas partes, en joyas, libros, candelabros y etiquetas de las redes sociales, para no mencionar camisetas y chales, cuadernos, tarjetas y tazas de café. 

Si el corazón es tan primordial en nuestro camino, entonces, podríamos quedar perplejos al leer esta frase de las Boulas del Nirtan: La realidad se despliega al romperse el corazón. La frase parece sugerir que el corazón se interpone en nuestro camino cuando tratamos de alcanzar la meta de la Verdad. Si la realidad solo aparece cuando el corazón se rompe, ¿Por qué deberíamos dar tanta importancia a algo que parece ser un obstáculo? 

El asunto es primordial en toda la búsqueda espiritual y amerita atención. Para entender bien esto, debemos tener en cuenta que el camino espiritual no es una simple línea dibujada de un punto a otro. Hablamos de un camino espiritual no porque viajemos cada vez mas a través del territorio espiritual, sino porque nos empeñamos en recorrer el camino de la vida – donde sea que éste nos pueda llevar – de una manera espiritual. Mientras recorremos, la transformación no está en lo que nos rodea, sino en la forma de observar, lo que quiere decir que está dentro de nosotros mismos. 

Para embarcarnos en esta forma de andar, primero debemos encontrar dentro de nosotros un ideal. Al principio, quizás sea borroso, pero luego crece en claridad, y nos ayuda a orientar, enfocando nuestra aspiración. Y, si está para servir verdaderamente como un ideal, debe estar firmemente asentado en el corazón ya que un concepto mental no nos llevará a través de las dificultades que nos encontrarán en el camino. Tal vez es esto a lo que Jesús se refería cuando habló de la semilla que caía en tierra rocosa – la semilla brota, pero si no tiene raíces en tierra blanda, en otras palabras, si el corazón es duro, como la roca, cuando el sol inclemente se alce, la planta se marchitará, y su verde promesa pronto será olvidada. 

Por lo tanto, el buscador trabaja diligentemente para mejorar la condición del corazón, para suavizarlo, para purificarlo, para hacerlo mas sensible a las vibraciones finas del amor, la armonía y la belleza – en otras palabras, para llenar el corazón con el ideal. Imaginen un corazón tan devoto que solo contenga el ideal, y nada más. 

Nuestro ideal, sin embargo, nunca puede ser igual a la Realidad, porque la Verdad está más allá de todos los nombres y las formas – es más grande de lo que cualquier individuo puede abarcar. Para vislumbrar la Verdad, debemos ir más allá de nuestro ideal, el ideal en el cual hemos invertido, y esta es la bendición inesperada al romperse el corazón. Es por esto que en las Boulas del Gayan dice, El ideal es el medio, pero su rompimiento es la meta. 

En el camino de la vida llueven dificultades como granizo sobre todos; nadie es inmune a esto. Algunos golpes sencillamente rebotan sin causar mucho daño, pero algunos son golpes directos y sufrimos. Y es en el momento de la ruptura del corazón que podemos reconocer el tesoro que estaba oculto en nuestro ideal. Tal vez esto es lo que significa la frase de las Gamakas del Nirtan: Cuando el caparazón de mi corazón se rompe, se desperdigan perlas alrededor. 

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel 

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