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Tratamiento de la enfermedad
Mientras se grababa el podcast original en inglés, publicado el 3 de noviembre en el blog Inner Call, en Glasgow se llevaba a cabo una reunión urgente enfocada en planes para reducir el cambio climático. La necesidad es grande pues ya estamos experimentando alteraciones desastrosas en los patrones del clima, y existe una posibilidad real de que algunas partes del mundo se vuelvan inhabitables. Algunos países que son islas podrían simplemente desaparecer, y millones de personas podrían ser desplazadas de sus hogares tradicionales. Como a menudo es el caso cuando hay una emergencia, son los pobres quienes sufrirán lo peor.
En la conferencia se negocian medidas prácticas tales como limitar las emisiones de dióxido de carbono y metano, pero en términos médicos, esto podría describirse como tratar los síntomas sin abordar la enfermedad. Si un paciente llega al hospital sufriendo una sobredosis de droga, la primera acción obvia debe ser contrarrestar los efectos de la sustancia – hacerse cargo de los síntomas que amenazan la vida del paciente. Pero si no se presta atención a la enfermedad – de la mente o del espíritu – que llevó a la sobredosis, esa persona lo más probable es que pase de una calamidad a otra, sin llegar a conocer la verdadera sanación.
Viendo más allá de los síntomas del cambio climático, entonces, ¿cuál es la enfermedad del mundo? Un Sufi podría decir que es la falta de un ideal sagrado.
Todavía hay rastros de antiguas culturas alrededor del mundo que consideran a toda la creación como algo sagrado – que siente que la tierra, el cielo, las aguas, y todos los seres vivos merecen respeto por su origen sagrado. Alguna vez fue un ideal universal, a pesar de que la expresión del ideal variaba naturalmente de una región a otra, así como las tradiciones culinarias varían de acuerdo a los ingredientes que están disponibles.
En el Gayan Boulas, Hazrat Inayat Khan observa que, “El espíritu presente de la humanidad tiene al mercantilismo como su corona y al materialismo como su trono.” Tal espíritu no tiene lugar para lo espiritual, una condición verdaderamente paradójica y contraproducente. El ideal de Dios, para muchas personas, se ha convertido en una idea antigua, pintoresca y obsoleta, y ya no se considera útil en nuestra sociedad moderna y supuestamente mejorada. La actitud general hoy en día es que ‘dios’ no tiene una conexión con la vida real – pero Dios es vida, y mantener tal punto de vista sólo oculta la verdad ante nuestros propios ojos.
En el tercero de los pensamientos sufis leemos que “Hay Un Libro Sagrado, el sagrado manuscrito de la naturaleza, la única escritura que puede iluminar al lector”. Entonces, mientras más estudiamos la naturaleza – y no solamente los bosques y las montañas y los mares, pero nuestra propia naturaleza también, más comenzaremos a atisbar el impulso Divino y el talento artístico sagrado que lo ha traído todo a la existencia. Con ese estudio, nuestro divino ideal crecerá, y mientras crece nuestro estudio de la naturaleza estará más iluminado. Por último, quizás lleguemos a comprender que el divino ideal no es una ficción inventada, pero que también es parte de la creación. Es natural elevarse, todo infante lo hace, y debemos hacer eso una parte viviente de nuestras vidas.
Como dice en el Gayan Chalas, “El ideal de Dios es la flor de la creación, y la realización de la verdad es su fragancia”.
Traducido al español por Darafshan Daniela Anda