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Abre los ojos
Cuando se grabó el podcast original en inglés de esta traducción, un número de cherags y aspirantes a cherags cursaban un estudio sistemático del Culto Universal, la ceremonia religiosa que Hazrat Inayat Khan ofreció como una manera de que celebremos nuestra unicidad. A pesar de ser aparentemente simple, el servicio es muy sutil, y toda una vida no sería suficiente para darse cuenta de toda la sabiduría que contiene. Un aspecto particularmente importante es el simbolismo – el arte de los profetas que logra capturar todo el océano en una gota.
Las culturas toman su forma de los símbolos, fluyendo alrededor de estos como un río que fluye alrededor de los ascendentes y descendentes picos de la tierra. Si no miramos para arriba para estudiar el paisaje, sin embargo, no podemos notar los símbolos – hasta que nos encontremos con los de otra cultura y nos quedemos cortos. Después de nuestra sorpresa inicial, cuando miramos más de cerca, podemos descubrir que a pesar de que la forma nos resulte extraña, el significado es familiar.
Por ejemplo, en muchas culturas existen imágenes sagradas con múltiples caras, o un número inusual de ojos, imágenes que a la mirada moderna podría parecer poco realistas. Deidades egipcias como Atún y Bes a veces se representaban con múltiples ojos. El dios hindú Brahma tiene cuatro caras, cada una mirando en una dirección diferente. El concepto que ahora es comúnmente reconocido del tercer ojo con visión sobrenatural no está confinado a la tradición yogi – incluso se ha visto en una estatua del dios griego Zeus. También existe una leyenda de que el dios Indra, después de refugiarse en las alas de un pavo real, lo recompensó con mil ojos, visibles en las plumas de su cola extendida. ¿Cuál podría ser el significado de tantos ojos en estas representaciones espirituales?
El ojo usualmente indica conciencia, y por eso tener tantos ojos sugeriría conciencia ilimitada, o conciencia que todo lo compenetra. Un punto de vista materialista ve toda la materia como inerte, y la conciencia humana como una casualidad extraña de la naturaleza, difícil de explicar – tal vez algunas veces se ha supuesto como una consecuencia de la arquitectura elaborada de la materia blanda entre nuestras orejas. Sin embargo, para el místico la conciencia es eterna e ilimitada, y existe desde antes de la creación de la forma. Tocamos esta verdad cuando repetimos la oración Saum, que describe a Dios como omnipresente y el que todo lo compenetra.
Es nuestro iluso sueño que nuestra conciencia está de alguna forma separada e independiente del océano de la conciencia, un sueño en el que nos refugiamos, pero que también es la fuente de todo nuestro sufrimiento. Si estuviésemos menos absortos en los diminutos detalles del pequeño ser, podríamos ver más allá. Andamos nuestra vida cotidiana asumiendo que nuestros pensamientos son nuestros propios, pero lo que llamamos nuestra individualidad es solo temporal. Tal vez podríamos pensar en la vida de una laguna de marea en la orilla del océano: Cuando la marea está baja, la laguna parece ser un pequeño reino separado, pero cuando sube la marea, el charco regresa a su estado de unidad con el mar. Aun así, esa imagen se queda corta frente a la realidad, porque aquí y ahora no estamos separados del Uno – como lo descubriríamos si tan solo abriésemos los ojos, todos nuestros ojos, y mirásemos.
Traducido por Darafshan Daniela Anda