Dificultades y esperanza
El mundo enfrenta actualmente un creciente número de dificultades. Además del sufrimiento causado por una variedad de regímenes opresivos y la tensión de varias disputas geopolíticas, muchas de las cuales son guerras que están activas o tienen el potencial de escalar hacia una violencia imparable, también tenemos los resultados cada vez más visibles del cambio climático (incluyendo incendios, inundaciones, hambruna, aumento del nivel del mar y pérdidas irreversibles de especies) y la rápida propagación de enfermedades. Sin duda la lista podría ampliarse sin mucho esfuerzo.
Sin embargo, nada de esto sorprendería a un místico que abre su espíritu para ver la vida como un todo. En esta publicación acerca de la evolución, tomada de una conferencia de casi un siglo atrás, Hazrat Inayat Khan les dice a sus oyentes, “La vida en la tierra es difícil y con la evolución de la tierra, será aún más difícil”. Él explicaba que el desarrollo del mundo no es diferente al crecimiento de una persona, en el que, mientras somos jóvenes, somos inocentes y no tenemos preocupaciones – un bebe recién nacido vive como un ángel en el cielo – pero cuando somos mayores, las muchas responsabilidades nos agobian y tenemos que lidiar cada vez con más problemas.
¿Sería espiritual huir de estos problemas? Hazrat Inayat nos aconseja no hacerlo; no deberíamos tratar de evadir las dificultades, nos dice. El camino sufí es enfrentar las dificultades de la vida, porque son parte de nuestro crecimiento y del desarrollo del mundo. Como él señala, las ramas del árbol que estaban libres de carga en la primavera, más tarde se inclinan bajo el peso de la fruta que soportan.
Entonces, ¿cómo deberíamos afrontar estos retos? Adoptando lo que Hazrat Inayat llama “religión de la naturaleza”, con lo que quiere decir que cada pensamiento y acción, por más mundano que parezca, debería ser consagrado como un acto de servicio en el camino de la Verdad. “Religión” no necesariamente sólo significa algún acto de devoción en un lugar de adoración, sino que puede también significar hacer de toda nuestra vida una forma de adoración.
Y también deberíamos apreciar la esperanza. Metafísicamente, debemos afrontar con ojos abiertos todos los retos como parte de nuestro camino, pero psicológicamente debemos entrenarnos para mirar siempre hacia arriba, con esperanza. En el Gayan Boulas encontramos esto:
Es el espíritu de desesperanza el que obstruye el camino del hombre y evita su avance.
Y en la Gayan, Chalas, hay una promesa:
Con confianza en Dios, buena voluntad, confianza en sí mismo, y una actitud esperanzada hacia la vida, el hombre siempre ganará su batalla, por difícil que sea.
Traducido por Inam Anda