The Dual Duty of the Dual Man
Man is made up of body and soul; and both alike are given us by the beneficence of the Creator. The one is visible, and the other invisible. We are therefore bound to serve Him with a twofold service. That of the body and its members can be fulfilled by the visible activities of man; but the second is a hidden service, which is the fulfilment of the duties of the heart—to acknowledge the Unity of God in our hearts, to believe in Him, to love Him, resign our souls to Him, and make His name the unifying central thought of all our conduct.
from “The Duties of the Heart”
Rabbi Bahya ben Asher
1255-1340
Zaragoza, Spain
Me recuerda el primero de los 10 pensamientos sufíes, que puso Nawab en este blog.
1.
‘‘Hay Un Dios, el Eterno, el Único Ser; nada existe sino Él’.
El dios del Sufí es el Dios de toda creencia, y el Dios de todos. Los nombres no le crean diferencia. Alá, God, Gott, Dieu, Khuda, Brahma, o Bhagwan, todos estos nombres y más son los nombres de su Dios; y sin embargo, para él, Dios está más allá de la limitación del nombre. Él ve su Dios en el sol, en el fuego, en el ídolo que diversas sectas adoran; y él Lo reconoce en todas las formas del universo, y sin embargo sabe que Él está más allá de toda forma; Dios en todo, y todo en Dios, siendo Él lo Visible y lo Invisible, el Único Ser. Dios para el sufí no es solo una creencia religiosa, sino también el ideal más alto que la mente humana puede concebir.
El Sufí, al olvidarse de sí mismo y apuntar al logro del divino ideal, camina constantemente por la vida en el camino del amor y de la luz. En Dios el Sufí ve la perfección de todo lo que está al alcance de la percepción del hombre y sin embargo Lo sabe por encima del alcance humano. Lo observa a Él como el amante a su amado, y toma todas las cosas de la vida como provenientes de Él, con perfecta resignación. El sagrado nombre de Dios es para él como la medicina para el paciente. El divino pensamiento es la brújula por la cual él dirige la nave hacia las playas de la inmortalidad. El Ideal de Dios es para el Sufí como una plataforma por la cual se eleva a sí mismo hacia la meta eterna, cuyo logro es el único propósito de su vida.’ Hazrat Inayat Khan