Desde Delhi: Belleza y dificultad
Cuando las personas escuchan el término “retiro espiritual”, a menudo tienen una visión romántica de algunas imágenes del lugar, tal vez una isla tropical con palmeras y playas de arena suave, o un prado alpino remoto y soleado alfombrado con flores, pero en cualquier caso en algún lugar desprovisto de gente y etéreo silencio, donde por fin podemos encontrar la paz perfecta y descubrir nuestra verdadera naturaleza “espiritual”. Sin duda, la belleza juega un papel en un retiro, pero también debe haber alguna dificultad, ya que, sin dificultades para enfrentar, no es un retiro sino unas vacaciones, y eso tiene un propósito diferente.
Recientemente completamos un retiro en Nueva Delhi, en la Dargah de Hazrat Pir-o-Murshid Inayat Khan, donde había belleza y dificultad. La belleza, por supuesto, estaba en la atmósfera: incluso aquellos que no tienen una conexión particular con esta corriente a menudo sienten algo especial en la dargah. Los visitantes llegan, no están seguros de dónde están ni por qué han venido, y después de un tiempo se van con una expresión diferente y más reflexiva. Y para aquellos que han sentido un llamado a este camino, la atmósfera comunica mucho más. Hay una fragancia especial allí que es solo en parte por los pétalos de rosas que los devotos extienden en la tumba cada día. Los Mureeds tienen sus propias experiencias, por supuesto, que corresponden a su propia naturaleza, carácter y comprensión: algunos hablan de una sensación de plenitud, algo de paz, algo de inspiración, y otros no dicen nada en absoluto. Para muchos, sin embargo, una visita a la dargah despierta una semilla en sus corazones que crece por el resto de sus vidas.
En cuanto a las dificultades, aquellos que han estado allí saben bien que la dargah está en un lugar especial, incrustada en el Basti Hazrat Nizamuddin, un pueblo medieval de estrechas callejuelas ahora completamente rodeado por la enormidad urbana inmensa e insomne de Nueva Delhi. El Basti está aún más congestionado que el resto de la ciudad, ensordecedoramente ruidoso, y además del alboroto del tráfico, vendedores ambulantes, petardos al azar y frecuentes celebraciones de bodas, está bendecido con numerosas mezquitas, cada una de las cuales ofrece muy altas llamadas a la oración cinco veces al día. En este momento también hay una gran población de perros callejeros en el vecindario, que sostienen discusiones vigorosas sobre la política canina en el medio de la noche, cuando las fuentes humanas de ruido se han callado en su mayoría. Pero quizás la mayor dificultad de este año fue la contaminación. Mientras estuvimos allí, los informes de noticias alrededor del mundo mostraban fotos de autobuses con ojos turbios tratando de abrirse camino a través del denso smog, y al final del retiro la mayoría de los participantes sufrían de tos, dolores de garganta y narices implacablemente agripadas.
¿Suena esto espiritual?
Un retiro significa ‘retirarse’, en este caso, alejarnos de nuestros hábitos y patrones habituales, de modo que podamos vislumbrar la Verdad que nunca nos ha abandonado. Si estamos demasiado cómodos, es fácil volar en “piloto automático”, y luego pasamos por alto el regalo que se nos presenta. En tal caso, cuando regresemos a nuestras vidas diarias, cualquier idea que se obtenga del retiro se desvanecerá rápidamente, y nos encontraremos de nuevo intrigados por la misma pregunta que nos llevó al retiro en primer lugar. Entonces, la mejor actitud para un peregrino que va a un retiro es: tomar lo que venga con ecuanimidad, ya que hay bendición en lo bueno y lo malo, ambos. No necesitamos buscar activamente dificultades, ya que la vida siempre proporcionará una porción suficiente, pero quizás podríamos decir que aprender a sacar provecho de las dificultades es lo que hace que un retiro sea “espiritual”.
Traducido al español por Arifa Margarita Jáuregui
!Así es la verdadera belleza! Es una atmósfera que se añora, es un retiro que se siente, es un sentir solo con el el corazón. Es la fuerza, la energía del Maestro.
Gracias Murshid Nawab por este regalo, que viviéremos unos nuevamente otros por primera vez en febrero 2018.