Más sobre el Despertar de la Belleza

Cuando alguien le preguntó a Hazrat Inayat acerca de la gente que no tiene inclinación a la belleza, su respuesta, publicada aquí, nos lleva al corazón mismo de la espiritualidad. Nos dice que la inclinación a la belleza es innata en todo, aunque no todos están despiertos a ella. Quien pregunta menciona a un niño, así que tal vez se trataba de un padre preocupado, o abuelo o tío o tía esperando encontrar la manera de “mejorar” a un jovencito que parecía deficiente. Pero como es frecuentemente el caso en esas preguntas, la respuesta empieza con un cambio dentro de nosotros.

Si nos alejamos, como dice Hazrat Inayat, de alguien que está cerrado a la belleza, solo lo reafirmamos en su estado; hacemos las cosas peores, no mejores. Nuestra reacción por supuesto será percibida como una crítica, y la mayoría de la gente no desea ser corregida. Por consiguiente, se pondrán a la defensiva y desarrollaran justificaciones desde su propio punto de vista, y la posibilidad de cambio será apartada muy lejos. Para despertar a alguien a la belleza, debemos nosotros mismo ver belleza en él – pero belleza en el más alto nivel, en el nivel del alma, porque esa es la fuente de belleza de toda personalidad. Nuestro “trabajo”, entonces, es mantener la puerta abierta y ver la belleza que se encuentra arriba y detrás de las limitaciones. De esa manera existe la posibilidad de que las personas por si mismas se vuelvan más conscientes de la belleza, y empiecen a reflejarla.

Más aún, si cedemos al impulso inicial de huir de la persona “no bella”, limitamos nuestro propio conocimiento de la belleza. Podríamos pensar que sabemos qué es la belleza, pero si no podemos verla en otro, sin importar cuan denso parezca en la superficie, entonces no hemos completado aun nuestro propio camino, aún tenemos trabajo por hacer.

Traducción al español: Hafiz Juan Manuel Angel