Vislumbres: Hazrat Inayat Conduce a la Manera del Rey
La siguiente memoria está tomada de “Once Upon a Time…” (Érase una vez…) de Murshid Hidayat Inayat Khan.
Más tarde, en 1925, Murshid fue solo a París, varias veces, sin decirnos a los niños adónde iba. Sólo nos dijo que era un secreto y que pronto lo conoceríamos.
Un día, nuestro Padre regresó de un corto viaje a París, más alegre que nunca, con sonrisas y sol en los ojos, y por supuesto, todos nos apresuramos a rodearle, esperando conocer por fin el secreto; cuando, para nuestra gran sorpresa, nuestro Padre sacó una tarjeta rosada de su cartera y la colocó muy solemnemente sobre la mesa. Era su carnet de conducir, que acababa de obtener con éxito ese mismo día, en la escuela de conducción Versigny de Porte Maillot, en París.
Naturalmente, no hace falta decir lo tremendamente felices que estábamos todos por este acontecimiento tan inesperado, además, por supuesto, de nuestro considerable entusiasmo ante la idea de dar paseos en coche con nuestro Padre en su propio coche.
Murshid había recibido un coche como regalo especial de Henry Ford, que lo había hecho llegar a París desde las fábricas de Detroit. Aquel regalo fue enviado como muestra de gratitud por la ayuda espiritual recibida, así como por las conferencias históricas que Murshid había dado a los entusiastas trabajadores de las fábricas Ford, y que tanto habían contribuido al conocido éxito de las motivaciones humanitarias de Henry Ford en las actividades industriales de sus gigantescas empresas.
Algunos murids se mostraron extremadamente asombrados por el logro de Murshid, en una experiencia tan poco mística; mientras que otros quedaron profundamente impresionados por la lección así revelada, en el más maravilloso ejemplo de una condición completa y equilibrada en todo tipo de actividades, ya sean espirituales o materiales.
Sin embargo, cualesquiera que fuesen las diferentes opiniones de los murids, ciertamente para todos fue una imagen de lo más fascinante ver a Murshid conduciendo su propio coche con “Estilo de Rey”, como solían decir, mientras conducía a un ritmo solemne por las calles de Suresnes.
Traducido al español por Inam Anda