Vislumbres: las baldosas amarillas
A menudo se veía que la presencia de Hazrat Inayat Khan tenía una manera de abrir puertas, mentes y corazones que parecían irrevocablemente cerrados. La siguiente anécdota del intercambio con un artesano fue registrada por Kismet Stam, uno de los secretarios del Murshid.
El Murshid deseaba azulejos amarillos para incrustarlos en determinada chimenea del Fazal Manzil. Al hombre que se ocupaba de eso le fue encargado que las consiguiera.
“¿Azulejos Amarillos?” dijo. “No existen.”
Murshid hizo que el hombre viniera a verlo. “Mira,” dijo “azulejos de ese tipo amarillos…”, explicando lo que quería
“Sí, sí,” respondió de inmediato el hombre. “¡las encontraré, señor!”
Pocos días después, las baldosas amarillas estaban allí.
Traducción al español; Hafiz Juan Manuel Angel