¿EL FIN DEL MUNDO?

Siento que, ya sea que venga el fin del mundo personal o el fin mundial, creyente o no, es mejor recibir este momento con la conciencia tranquila. Quizás haber puesto nuestro grano de arena para dejar este mundo mejor de lo que lo encontramos, por lo menos entre los que nos rodean en cada circunstancia y momento de la vida, habiendo hecho el mínimo daño posible – porque es imposible desde nuestra gran limitación no equivocarnos. El mundo se puede acabar ahora mismo (por razones naturales,  por el daño ecológico que nosotros mismos estamos causando, o por causa de algún loco que desencadene el holocausto). Mientras tanto, los oportunistas voceros enfermizos del apocalipsis, que a las claras se ve que se aprovechan para pretender hacer una conversión de las masas por vía rápida,  manipulan por medio del temor y el espanto. ¡Qué patéticos! ‘¡Conviértete porque el mundo se va a acabar!’. ¿Conviértete a qué? ¿Al club exclusivo y selecto de cada grupo que dice tener la suprema verdad? Propaganda engañosa para reclutar ingenuos y además llenar sus bolsillos con el dinero del miedo.

‘La palabra convence pero el ejemplo arrastra’, decía el sabio. Prefiero el argumento más sencillo de invitar al otro a reflexionar, y si es que hay que decir algo, decir por ejemplo: ‘Intenta mejorar en cada instante tu pensamiento, palabra y obra, para ayudar a hacer de este mundo un mundo mejor. Agradece con humildad la fabulosa creación que te acogió, y reverencia el Misterio que se oculta detrás de ella. Así, si te tienes que ir, te irás con una sonrisa, y sin amargura por haber desaprovechado tu presente, porque lo que es tu pasado ya no lo puedes cambiar’.

Y en cuanto a convertir a los demás a algo, pues mejor que la sabia vida nos de las lecciones que tenemos que recibir para finalmente emprender un camino que nos ayude a descubrir nuestro Verdadero Origen…

Juan Amin Betancur