Consejo sobre la amargura
Hazrat Inayat Khan responde a una pregunta en una clase grupal:
P.: Estoy disgustado con la vida, con mi prójimo, siempre intento ser amistoso con todos, pero solo recibo falta de amabilidad. La vida no me parece valiosa. ¿Qué debo hacer?
R.: ¿Por qué no has de tener confianza en tu prójimo si una o dos personas te han decepcionado?
P.: Siempre me han decepcionado en mi vida.
R.: ¿Cuántos, quizás unos pocos cientos de personas? Pero cuántos millones de personas hay en el mundo. ¿Puedes comparar con estas cientos de personas los millones y millones que viven en la tierra? ¿No puedes tener la esperanza que si estás decepcionada por cien personas, quizás con mil personas podrías tener otra experiencia? Hay vida en frente de ti. Incluso si fuera que a través de toda tu vida tuviste decepciones, incluso si fuera tú, estaría esperanzado y expectante que incluso al final de mi vida encontraré alguien en quien pueda tener confianza. No hay razón para que debas perder tu confianza.
P.: ¿Hay alguna concentración o práctica [para esto]?
R.: La mejor práctica es la de olvidar y perdonar. Cualquier mal que haya hecho cualquiera, olvidarlo y perdonar. Sí, no necesitas seguir a esa persona que te decepcionó alguna vez, si no lo quieres hacer. Pero puedes olvidar; con el fin de borrar esa impresión que ha traído en ti esa falta de confianza, puedes borrarla.
P.: ¿Cómo borrar ese sentimiento de amargura?
R.: Lo debes ver de esta manera: que cuando una persona está febril, toda dulzura, amargura, o cosa salada, todo lo que uno prueba, es insulso, desagradable. Por tanto, todos los que merecen tu simpatía, amistad, ellos lo ven así [por ej. insulso, desagradable], porque tienes esa amargura en ti. Por tanto es mucho mejor intentar olvidar ese sentimiento amargo. Entonces hazte esta sugerencia a ti mismo: ya no tengo ninguna amargura en mi corazón, ya no culpo a nadie, y ya no tengo nada contra nadie. He olvidado, he perdonado todo lo que alguien me haya hecho, excepto las buenas cosas.
El que espera decepción la obtendrá de la mejor persona del mundo. Aquél que dice, ‘todos son injustos conmigo’, déjalo que vaya al trono de Dios y de allí vendrá con la misma queja. No ve nada más que injusticia. Cuando comenzamos a ver mal, todo es malo. Para quien ve en la luz correcta, todo es correcto.
Tr. Amin Juan Ramiro Betancur