Hazrat Inayat : Art of Personality (2) pt III (Spanish version)

Hazrat Inayat: El arte de la Personalidad (2) pt III 

Mientras Hazrat Inayat Khan continúa su explicación del arte de la personalidad, ahora explora el papel del sentimiento en este tema. La publicación anterior se puede encontrar aquí. 

El arte de la personalidad no es tan difícil de aprender. Es aprender a ser pensativo. Los que hablan mucho, muy a menudo dicen poco. Otros que dicen poco, ellos dicen mucho. Depende de cómo se diga. En la biblia dice: “primero fue la Palabra y la Palabra era Dios”. Eso demuestra el poder que tiene la palabra. Si controlamos nuestra habla, si sabemos cómo usar una palabra, conocemos la ciencia química de la vida y la usamos para el mejor propósito de la vida. A veces una persona puede cambiar una situación con una palabra y otras no pueden cambiarla con cien martillos. Hay la forma de martillar y romper la roca, y hay la forma del agua. Si la roca está en el camino, el agua la rodeará, correrá suavemente sobre ella y se abrirá paso en la cima de la roca, y así las olas avanzarán. 

Si uno tan solo conociera el arte de la personalidad. Si una persona está molesta, entre diez personas que quieran consolarla, hay nueve que le molestarán más, y rara vez hay quien la consuele. Eso también pertenece al arte de la personalidad. 

Y luego llegamos a otro aspecto del arte de la personalidad y es el pensamiento comprensivo y correcto. Al pensar correctamente, todo lo que uno dice y hace naturalmente se vuelve correcto, porque la raíz de cada discurso y acción está en la mente. Naturalmente, al pensar correctamente uno habla y actúa correctamente, no puede hacer otra cosa. Pero lo que sucede generalmente es que uno nunca piensa el pensamiento correcto en relación con uno mismo, siempre se piensa este en relación con los demás. Si hay algún error, está en el otro. Y lo más maravilloso es que el que está más equivocado es el que ve más mal en los demás. Esa persona que está llena de errores conoce mil errores sobre mil personas. 

Además, nuestras experiencias nos hacen tan pesimistas que si alguien dice: “he visto a alguien tan simpático, amable y bueno”, empezamos a dudar. Inconscientemente, nuestro primer pensamiento es: “¿puede ser verdad? No puede ser cierto; no hay nada bueno en el mundo”. Y tan pronto como una persona dice: “he visto a una persona tan malvada”, todos se interesan, porque lo creen. Eso demuestra que difícilmente esperamos una experiencia que pueda ser correcta. 

Y ahora vamos llegando al cuarto aspecto del arte de la personalidad, que es el sentimiento. El gran inconveniente de la civilización moderna es que hoy el hombre piensa que lo equilibrado y lo práctico es pensar con el cerebro, razonar las cosas. Pero sentir con el corazón, piensa, eso no es práctico, eso no es sentido común. Por eso hoy una persona normal y equilibrada es la que vive en su cerebro, y la que tiene el corazón desarrollado se llama fanática o poco práctica. Imagínate, después de leer en la Biblia que Dios es Amor, nos damos cuenta de que el que tiene menos Dios en él es más práctico, y el que tiene más Dios en él no sirve para nada. Cuando hay una discusión entre personas intelectuales, se entiende que se debe mantener aparte el sentimentalismo: “solo discuta sobre el punto, eso mantiene su razonamiento claro”. Pero esto quita la belleza de la vida. 

El arte de la personalidad está en ese profundo sentimiento que dirige cada pensamiento, discurso y acción del hombre. Cuando Jesucristo dijo a los pescadores: “venid acá y os haré pescadores de hombres”, les dijo a los que estaban absortos en pescar en la orilla del mar: “venid aquí, yo os enseñaré (en otras palabras), el arte de la personalidad”. Por tanto, no es un tema que les traigo, es un tema que Cristo enseñó. Es el arte de la personalidad, cuya suma importancia demostraron los profetas con sus propias vidas. La impresión que Buda ha dejado en millones de personas en Oriente, que guardan su imagen en el templo y ven la expresión de Dios en Buda, ¿qué es? ¿Son las teorías, los dogmas y las enseñanzas que ha dado? No, es su personalidad la que ha causado una impresión tan profunda en las personas que durante siglos la han considerado sagrada. Ha demostrado ser más valioso que cualquier otra cosa en el mundo. 

Continuará… 

Traducido por Yaqín Rodrigo Esteban Anda 

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