Hazrat Inayat: Comunicación consigo mismo
El ser humano parece haber perdido en estos tiempos la comunicación consigo mismo debido a las inmensas responsabilidades de la vida diaria. La Orden Sufi a través de su iniciación nos ayuda a entrar en comunicación con nosotros mismos. Esto abre la puerta al corazón. Todos los misterios y maravillas de la vida se ganan cuando conseguimos comunicarnos con nuestro propio corazón. Es por esto que en la Orden Sufi no nos ocupamos con obrar maravillas ni con ningún otro tipo de comunicación; solo ponemos atención a la comunicación con nosotros mismos con el fin de encontrar nuestro ser más profundo.
¿Cuál es la diferencia entre el trabajo que hace el sufi y el de otro místico? En el Oriente los místicos yoguis son bien conocidos, y bien vale considerar la diferencia que hay. El yogui intenta tocar el infinito sumergiéndose profundo en su más íntimo ser; y el proceso que hace es el de cerrarse a sí mismo e irse lo más lejos que pueda del mundo. Y al hacerlo alcanza esa profundidad que es la meta que todos buscan. Los métodos del sufi difieren de aquellos de los yoguis en que el sufi se abre a sí mismo a todo aquello que es bueno y bello. Dice que es absurdo regresar al infinito sin haber conocido todo lo hermoso que hay aquí. Desea amar toda la belleza de la tierra, y entonces se abre a sí mismo. Por tanto su camino es muy difícil—amar y no apegarse, estar con la multitud y sin embargo en la soledad, estar en el mundo y sin embargo estar por encima de él.
La auto-negación para el sufi es diferente de lo que es para aquellos que se niegan a sí mismos todas las cosas de la vida. La auto-negación para el sufi es la negación del falso yo que tenemos como concepto del yo. Toda su concentración y meditación tiene la intención de deshacerse de ese falso concepto de sí mismo. Un sufi dice: el ser mismo del ser humano es la verdad. No puede enseñarse ni aprenderse. Existe. El entendimiento debe venir por sí mismo. Sin duda hay algunos estudios por los que debemos pasar, pero esa no es la cosa principal. La meditación y la concentración se enseñan tan solo para facilitarle el avance a la persona. La verdad no es un objeto que se entrega, es nuestro propio ser. Podemos entender la verdad comunicándonos con nosotros mismos.
Traducido por Juan Amin Betancur