Hazrat Inayat: Confesiones, parte V – Mi gira por la India
Hazrat Inayat Khan continúa con sus recuerdos de una gira muy significativa por la India, iniciada cuando tenía 18 años.
«Aquel que, aunque vestido con finos ropajes, ejercita la tranquilidad, es calmado, apacible, comedido, casto, y ha cesado de encontrar faltas en los demás, es en verdad un brahmán, un asceta, un fraile».
– Dhammapada
El Nizam de Hyderabad, Mir Mahbub ‘Ali Khan, un gran gobernante místico de la India y devoto de la música y la poesía, me mostró un favor especial. Varias veces mi forma de tocar conmovió al Nizam hasta las lágrimas y, cuando terminé, me preguntó con curiosidad qué misterio había en mi música.
Entonces, respondiéndole, le expliqué: “Su Alteza, como el sonido es la fuente más elevada de manifestación, es misterioso en sí mismo, y quien tiene el conocimiento del sonido, conoce realmente el secreto del universo. Mi música es mi pensamiento, y mi pensamiento es mi emoción; cuanto más profundo me sumerjo en el océano del sentimiento, más bellas son las perlas que brotan en forma de melodías. Así, mi música crea sentimientos dentro de mí incluso antes de que otros los sientan. Mi música es mi religión; por lo tanto, el éxito mundano nunca puede ser un precio adecuado por ella, y mi único objetivo en la música es alcanzar la perfección”.
Esta explicación, junto con mi forma de tocar, encantó tanto al Nizam que me regaló un monedero lleno de monedas de oro y, colocándome su precioso anillo de esmeralda en el dedo, me bautizó con el nombre de “Tansen”, en honor al gran cantante indio del pasado. Este acontecimiento me trajo regalos y títulos de todas partes de la India. Pero los honores para mí mismo no me satisfacían realmente. ¿Cómo podía contentarme con mi exaltada posición cuando mis colegas músicos eran mirados con desprecio por la India conservadora?
Naturalmente, me di cuenta de que se debía en parte a los propios músicos, que por regla general son analfabetos y buscan el apoyo de los príncipes y potentados, alimentando su falso orgullo con la adulación y el servilismo, y perdiendo así la independencia y la inspiración de su arte. Pero además, las masas carecen de formación en la materia, mientras que las clases cultas están demasiado ocupadas adoptando las ideas occidentales y sacrificando la literatura, la filosofía y la música por el polo, el cricket y el tenis. Conocí a muchos de estos últimos, que se jactaban de no saber nada de la música de su propio país, amueblaban sus casas con gramófonos a todo volumen y escondían sus sitares con vergüenza.
“¡Oh Tú cuyo reino no pasa, compadécete de aquel cuyo reino pasa!”
– Últimas palabras del califa Vathek
Para mi asombro y horror, todas las medallas y condecoraciones que había reunido como emblemas de mi éxito profesional, y que son para mí motivo de orgullo, ganadas como lo fueron por tanto esfuerzo, entusiasmo y el trabajo de muchos años pasados en constante deambular de un lugar a otro, me fueron arrebatadas en un solo instante para siempre. En un momento de abstracción quedaron en un coche, que no pudo ser localizado a pesar de todos mis esfuerzos. Pero en lugar de la decepción, que al principio me oprimió, una revelación de Dios tocó las cuerdas ocultas de mi mente y me abrió los ojos a la verdad.
Me dije a mí mismo: “No importa cuánto tiempo hayas empleado en ganar aquello que nunca te perteneció pero que llamabas tuyo; hoy comprendes que ya no es tuyo. Y lo mismo ocurre con todo lo que posees en la vida, tus bienes, amigos, relaciones; incluso tu propio cuerpo y mente. Todo lo que llamas “mío”, que no es tu verdadera propiedad, te abandonará, y sólo permanecerá lo que llamas “yo”, que está absolutamente desconectado de todo lo que se llama “mío”. ¿Por qué no salir y luchar por lo que vale la pena ganar en la vida? ¿Por qué no alcanzas así la verdadera gloria, en lugar de desperdiciar tus valiosas oportunidades en la vana codicia de riqueza, fama, reputación y esos honores mundanos que hoy están aquí y mañana se olvidan?
Me arrodillé y di gracias a Dios por la pérdida de mis medallas, exclamando: “¡Que todo se pierda de mi imperfecta visión excepto Tu verdadero Ser, Ya Allah!”.
Entonces partí en busca de la filosofía, visitando a todos los místicos que pude en mis viajes a diferentes ciudades indias. Viajé por selvas, a través de montañas y a lo largo de las riberas de los ríos en busca de místicos y ermitaños, tocando y cantando ante ellos hasta que ellos también pidieron mi compañía.
Fue en Nepal, durante la peregrinación de Pashpathinath, donde conocí a un Muni entre varios sabios. Era un Mahatma del Himalaya y vivía en una cueva de la montaña, y sin ser tocado por el contacto terrenal, las ambiciones y los ambientes, parecía ser el hombre más feliz del mundo. Después de haberle agasajado con mi música, él, sin parecer darse cuenta, me reveló el misticismo del sonido, y desveló ante mi vista el misterio interior de la música. A partir de entonces conocí a otros místicos, con los que dialogué sobre diversos temas, y cuyas bendiciones obtuve a través de mi arte.
Continuará…
Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J.
Oh, por Dios, gracias Murshid Nawab es un regalo maravilloso.
Aquí hace una gran diferencia entre “mío” y el “yo”. ¿Qué es “yo”? Puedo confundirlo con el “mío” , ¿verdad?
Hazrat inayat khan, dice:
“Todo lo que llamas “mío”, que no es tu verdadera propiedad, te abandonará, y sólo permanecerá lo que llamas “yo”, que está absolutamente desconectado de todo lo que se llama “mío””