Hazrat Inayat : Confesiones, pt XX – La formación oriental
Habiendo hablado del entrenamiento en religión y moralidad que es común en Oriente, Hazrat Inayat Khan describe ahora las consecuencias de ese entrenamiento en nuestro desarrollo espiritual.
“Encadenados con cadenas de oro a los pies de Dios”.
(Tennyson)
Así, el corazón, desarrollado por la religión y la virtud, se vuelve primero capaz de elegir y luego de retener el objeto de la devoción sin vacilar ni un momento. Sin embargo, en ausencia de estas cualidades, sigue siendo incapaz de elegir o retener.
Ha habido innumerables devotos en el Oriente, bhakta o ashiq, cuyos poderes devocionales son absolutamente indescriptibles e inefables. Para el ignorante la historia de sus vidas puede parecer exagerada, pero la alegría de la autonegación es mayor que la alegría espiritual o material.
La devoción endulza la personalidad y es la luz en el camino del discípulo. Aquellos que estudian misticismo y filosofía mientras omiten la abnegación y la resignación se vuelven egoístas y egocéntricos. Tales personas son propensas a llamarse a sí mismas Dios o una parte de Dios, y de este modo se inventan una excusa para cometer cualquier pecado que les plazca. Sin importarles el pecado o la virtud, maltratan y difaman a los demás, sin temer en absoluto al más allá. Sin embargo, olvidan que “estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida”, como dice la Biblia.
El fuego de la devoción purifica el corazón del devoto y conduce a la libertad espiritual. El misticismo sin devoción es como la comida cruda y nunca se puede asimilar. “Yo soy el corazón de mis devotos”, dice Krishna en el Bhagavad-Gita. Y Hafiz dice: “Oh, feliz día en que parto de esta morada de desolación, buscando el reposo de mi alma y partiendo en busca de mi Amado”.
La filosofía, que es la cuarta etapa del desarrollo, tiene cinco aspectos: físico, intelectual, mental, moral y espiritual. Éstos no pueden aprenderse por la mera lectura de libros y escuchando las discusiones de los filósofos, pues la filosofía no es un estudio que se enseñe sólo en las universidades; contiene un camino totalmente opuesto al conocimiento, y sólo puede estudiarse verdaderamente bajo la guía de un Murshid. En él, el murid tiene perfecta confianza y seguridad, ya que se requiere una disciplina completa, incluso hasta el sacrificio del libre albedrío. Al principio esto parece ser una pérdida de individualidad, mientras que el ego se rebela a ser aplastado y sumergido bajo las leyes más fuertes de la voluntad y la razón. Pero la batalla contra el yo da al final un dominio sobre él, que en otras palabras es un dominio sobre todo el universo.
Continuará…
Traducido por Inam Anda