Hazrat Inayat:  Formación en Oriente pt III 

Tras haber abordado las etapas preliminares de la formación, como la moral, la cortesía, la filosofía y la devoción, Hazrat Inayat Khan habla ahora del misticismo. La publicación anterior de la serie está aquí. 

“Todo perecerá excepto el rostro de Alá” 
– El Corán 

El misticismo es el último grado de conocimiento, que sólo puede alcanzarse legítimamente pasando por todas estas etapas precedentes, y sólo entonces deja de ser un misterio. Una vez que se conoce, uno se da cuenta, por sus ilusiones pasadas, de lo lejana y remota que ha sido la meta, y de lo largo que ha sido el viaje hasta sus lejanas orillas. Uno contempla por última vez las montañas de la virtud que se vio obligado a escalar para buscar sus cimas coronadas de rosas, y entonces se desvanecen como un sueño en la mañana. 

“En todas partes estás, el más cercano de todos eres Tú, 
y, sin embargo, en ninguna parte estás, oh Ser que todo lo compenetras”. 
   – Zahir 

Cuando las personas dicen ser místicos cristianos o judíos, degradan el misticismo, porque éste es limpio de distinciones y diferencias. Mi Pir-o-Murshid me dio una vez una copa de vino durante un trance, y dijo: “¡Embriágate y sal del nombre y la vergüenza! ¡Sé el discípulo del amor y abandona las distinciones de la vida! Porque para un sufí, ‘yo soy esto o aquello’ no significa nada”. 

Todos los poderes místicos, como la clarividencia, la clariaudiencia, la lectura del pensamiento y el vaticinio, la psicometría, la telepatía, el éxtasis y otras diversas manifestaciones espirituales del mundo del más allá, se revelan en un estado de visión gloriosa. 

La vida del místico, tanto la interior como la exterior, se muestra como un fenómeno maravilloso en sí mismo. Se independiza de todas las fuentes terrenales de vida, y vive en el Ser de Dios, realizando Su presencia mediante la negación de su yo individual; y se funde así en la más elevada dich, en la que encuentra su salvación. 

Traducido por Inam Anda