Hazrat Inayat: Amistad parte IV
En esta entrega de esta corta serie de enseñanzas sobre la amistad, Hazrat Inayat Khan habla sobre la forma en que la amistad realza los puntos buenos y cubre los puntos malos de nuestros amigos. La publicación anterior se puede encontrar aquí.
Cuando una persona piensa, “Soy demasiado bueno o demasiado amable contigo, he sido tan devoto de ti”, esa persona olvida que la amabilidad, la bondad y la devoción son más extensas que el horizonte. Nadie puede ser demasiado bueno, nadie puede ser demasiado amable, y nadie puede ser demasiado devoto. Y cuando hay una discusión entre amigos, y uno dice: “He hecho tanto por ti, he sufrido tanto por ti, he tenido tanto dolor por tu causa, he tenido una vida tan difícil por tu bien”, entonces él está entrando en un negocio. Él quiere llevar un diario de lo que ha dado en forma de amor, amabilidad, bondad y sacrificio. Un verdadero amigo hace todos los sacrificios que puede y nunca piensa en ello; ni siquiera permite que su mente reflexione sobre el tema. La verdadera amistad significa consideración, una profunda consideración, por el placer y el disgusto del amigo. ¿Hay algo en la vida que sea más delicado que la amistad, teniendo cuidado de que ninguna palabra hiera al amigo, que ninguna acción lo lastime, que ni la más mínima sombra de frialdad caiga en su corazón? Es lo más difícil. Si una persona ha aprendido la manera de la amistad, no necesita aprender nada más; lo sabe todo. Ha aprendido la religión más grande, porque es de la misma manera que uno hará un camino hacia Dios. El que nunca ha aprendido la manera de la amistad nunca conocerá el camino hacia Dios. Puede ser adorador de Dios, pero no puede ser el amigo de Dios.
Hay una actitud que a menudo se ve en los amigos, y esa actitud revela un secreto divino. Es la tendencia a tapar de otra persona cualquier falta que el amigo haya cometido; y no sólo a taparla de la vista de los demás, sino incluso de la propia mirada. Sin pensar nunca sobre ella, sin mirarla, interpretándola de manera diferente, tal persona convierte lo malo de su amigo en bueno. Y cada pequeño punto bueno de su amigo, aunque pueda pesar sólo una onza, lo convierte en una libra. Lo aprecia y admira tanto, lo eleva tan alto, lo considera tan grande, que otra persona no puede imaginar cómo esta insignificante idea, este leve mérito, puede ser tan altamente valorado.
Al principio de mi búsqueda espiritual, cuando fui a mi murshid, no había fin para mi entusiasmo, no había fin para mi devoción, no había fin para mi excitación por ello. Le decía a todo el que me encontraba cómo me sentía sobre la personalidad de mi murshid. Una vez, en respuesta a mi profundo sentimiento, mi murshid dijo: “La amistad en el camino de Dios, la amistad en el camino de la verdad, es mayor que cualquier amistad en la vida”. Y en ese tiempo conocí a un hombre muy culto en Hyderabad, con quien hablé sobre las cosas más profundas de la vida. Él estaba interesado en escuchar tales pensamientos profundos de un hombre joven, y dijo que le gustaría verme más. Y en mi gran entusiasmo le dije: “Si vieras a mi maestro té darías cuenta de que no hay nadie en el mundo entero que se pueda comparar con él, tan grande es él, tan maravillosa es su personalidad, tan bendecida es su presencia, tan inspiradora su mirada, tan pacífica su atmósfera”. Dijo: “Me gustaría mucho verlo. ¿Dónde vive? Se lo dije, y entonces exclamó: “¿Ahí? ¡He vivido allí durante veinte años; está justo al lado de mi casa! ¿Cuál es su nombre? Se lo dije, y él dijo: “¡Lo he conocido todos estos años, pero nunca pensé que fuera tan grande!”. En veinte años no había visto lo que yo había visto en unos pocos meses. Es la amistad la que nos ilumina; y es la distancia lo que mantiene nuestros ojos cubiertos.
Si somos amigos, y si no podemos entendernos, entonces no somos todavía amigos; sólo pensamos que somos amigos. Pero si nos entendemos, entonces todos los puntos hermosos en nosotros se hacen mil veces más claros debido a esa amistad. En la amistad no hay ninguna limitación.
Continuará …
Traducción: Abdel Kabir Mauricio Navarro J.